Eibar, cuestión de fe

2o de abril del 90. Hola Eibar, ¿cómo estás? ¿Te sorprende que te escriba? Tanto tiempo es normal. No temas, se que los fantasmas de un nuevo descenso a 2ªB no te dejan dormir por las noches. Esas mismas noches en las que sueñas con llenar la humilde Ipurúa contra los mejores equipos del país. Te alegrará saber que el sueño se hizo realidad, y que la garra y valentía de los armeros se dio a conocer por todo el mundo. Aquellos que te veían como un hermano pequeño tuvieron que sudar sangre para poder hacerte frente, y al final te empezaron a tratar de tú a tú. Incluso llegaste a superarlos en varias ocasiones. Hiciste historia goleando al Real Madrid ante toda tu gente y rozaste Europa con los dedos. Por eso te digo que no temas. Lo mejor está por llegar.
20 de abril de 1990
Hoy es 20 de abril del 2023, y el Eibar se ha encalomado a lo más alto de la Segunda División. Los armeros se han agarrado al primer puesto y parece que no lo van a soltar hasta que el retorno a la élite del fútbol español sea una realidad. Quién se lo iba a decir a cualquier eibarrés hace 33 años. En una ciudad con (por aquel entonces) 34.000 habitantes, y uno de los menores presupuesto de toda la Segunda División, soñar con el ascenso era eso: soñar. La realidad de la temporada 89/90 era muy distinta a la de la época dorada que vivieron los armeros hasta hace bien poquito.

José María Luluaga, máximo goleador del equipo, en un partido de la temporada 89-90 / SD Eibar
Viajemos en la máquina del tiempo al 20 de abril de 1990. Es viernes, y la jornada 33 ya está en marcha. El Eibar se enfrentará el domingo en Ipurúa a un Elche igual de necesitado de puntos que los armeros. Solo quedan seis jornadas y los pupilos de Alfonso Barasoain no consiguen escalar un pozo que conduce directamente a la Segunda División B. Son penúltimos y están a cinco puntos de la salvación. Todo parecía perdido, pero ese fin de semana dio comienzo una épica remontada para salvar la categoría. El partido finalizó con un empate a cero que de poco le servía a ambos conjuntos. Sin embargo, el Eibar conseguiría trece de los quince últimos puntos en juego en los siguientes partidos. En la última jornada visitaron al Espanyol, (equipo que logró ascender a Primera División esa temporada). Y se gestó la épica. Los armeros se impusieron por 2-3 (goles de Luluaga, Bixente y Arrien) y, tras una serie de carambolas, consiguieron mantener la categoría por un solo punto. Un ejercicio de coraje, garra y, sobre todo, de fe. Pero no fue la primera demostración de que el equipo armero está hecho de otra pasta. Años atrás estuvo deambulando 28 años en la Tercera División (Cuando no existía la Segunda B), en los que jugó 14 promociones de ascenso sin éxito, con un descenso a categoría regional como colofón. Si quieren hablar de historias de superación y de equipos que nunca se rinden, hablen de la Sociedad Deportiva Eibar.
Estabilidad y milagros en los 90
Pero volvamos a 1990. Ese año cumplía el Eibar 50 años, y se presentó en Ipurúa un todopoderoso Ajax para celebrarlo. El partido terminó en tablas (1-1), con gol de Luluaga de penalti. Por aquel entonces, el conjunto armero solía formar con Garmendia en portería; Eleder, Rodrigo, Bautista, Juan Ángel y Roberto en defensa; y en el medio y ataque con Bixente, Luluaga, Gallastegi, Barriola y Jabo. De esta forma comenzaba la década de los 90 para el Eibar, una gran época en la que encontró por fin la estabilidad en Segunda División.

Plantilla de la Sociedad Deportiva Eibar 1994-95 / Imagen: SD Eibar
La directiva conformó un proyecto cuyo objetivo era el asentamiento en la categoría, sin más pretensiones que mantenerse y disfrutar del juego. Dicho y hecho. El Eibar no descendió en toda la década, y finalizó casi todas las temporadas sin grandes sobresaltos, en la zona media de la tabla. Incluso se llegó a soñar con el ascenso en dos ocasiones, quedando quinto a las puertas del play off en las temporadas 94/95 y 96/97. Pero si hubo una de cal, hubo otra de arena. Y también fe, mucha fe. En la 92/93, el equipo se salva del descenso en la última jornada por un triple empate con el Athletic Club B y el descendido U.E. Figueres. Rozando el siglo XXI, en la 98/99, el Eibar volverá a salvar los muebles de forma milagrosa. A falta de nueve jornadas, el equipo logró 25 puntos de los 27 en juego para salvar la categoría in extremis, por tan solo un punto de diferencia con el Mallorca B.
De vuelta al pozo
Con la entrada del nuevo siglo, el Eibar continuaría dando la talla en la competitiva Segunda División, convirtiendo Ipurúa en el fortín que todos conocemos. Chiquitito pero matón, uno de los estadios con menor capacidad de Segunda (no llegaba a 6.000 asientos) apretaba como el que más. Construido sobre el vertido de escombros de los edificios destruidos durante la Guerra Civil, ha mantenido ese espíritu guerrero hasta nuestros días. Gracias, en parte, al buen hacer como local, consiguieron mantener la categoría y oler el ascenso en la temporada 04/05, quedando cuartos a tres puntos de la gloria. Aquel Eibar lo formaban jugadores tan históricos como Gorka Iraizoz, Gaizka Garitano (el responsable de la mayor gesta de la historia del Eibar y actual entrenador), Joseba Llorente o David Silva. Entrenaba por aquel entonces al conjunto armero un tal Mendilibar, actual semifinalista de la Europa League con el Sevilla tras superar el pasado 20 de abril (coincidencias de la vida) a todo un Manchester United.

David Silva con la elástica del Eibar en la temporada 2004-2005 / SD Eibar
Sin embargo, todo lo que sube tiene que caer. En la temporada siguiente (05/06) no se vio ni rastro del Eibar de hacía unos meses. Los nuevos fichajes no pudieron llenar el vacío que dejó la marcha de jugadores muy importantes. Tras tres cambios de entrenadores y casi toda la temporada arrastrándose por los puestos de descenso, el Eibar se precipitó de nuevo a la Segunda División B tras 18 temporadas consecutivas en la categoría de plata. Como un resorte, el Eibar logró el ascenso en la 06/07, tras una campaña formidable en la que quedaron primeros de grupo y eliminaron al Hospitalet y al Rayo Vallecano en play off. De la mano del eibarrés Mandiola, el equipo se volvió a estrenar en Segunda. Poco duró la alegría en Ipurúa. Tan solo dos temporadas después, en la 08/09 vuelve a descender tras una temporada catastrófica.
De vagar por el desierto a tocar el cielo
El Eibar pasó cuatro temporadas (desde 2009 a 2013) en Segunda B hasta conseguir el ascenso. En las tres primeras se clasifica para la promoción de ascenso, y en las tres es eliminado. De nuevo, el Eibar tendría que hacer un ejercicio de resistencia y perseverancia hasta lograr su objetivo. Como tantas otras veces, rendirse no era una opción. A la cuarta va la vencida. En la campaña 12/13 Mandiola dejó el equipo, y Gaizka Garitano ocupó su puesto. El pivote de aquel Eibar que rozó el ascenso a Primera en 2005 volvía al primer equipo. Fue el inicio de la época dorada. Después de conseguir el subcampeonato, vence al Hospitalet en la final y por fin regresa a Segunda. Sin pasar por la casilla de salida, y con una de las plantillas y presupuestos más bajos de la categoría, en la 13/14 agarró el liderato en la segunda vuelta y no lo soltó hasta final de temporada. De esta forma, el Eibar conseguiría el campeonato y su primer y único ascenso a Primera División hasta la fecha. Si se lo contaran a cualquier aficionado que acudía en los setenta a Ipurúa a ver a su equipo en regional, se habría reído a carcajadas. Más aún si le contásemos que los armeros aguantaron siete temporadas seguidas en la élite.

Celebración del ascenso a Primera División / SD Eibar
Gaizka Garitano se hizo cargo del equipo en esta nueva andadura un año más, tras elevarlo desde la 2ªB a lo más alto del fútbol español. Con Ipurúa reformada y la ilusión de toda una ciudad, se instala en el club el «Modelo Eibar», con una gestión económica que buscaba la deuda cero y la repartición de las acciones para que no hubiera ningún accionista mayoritario. Esto, unido al respecto por las raíces del club, su ciudad y su gente, pero apostando también por la internacionalización, dio lugar a uno de los modelos económico-deportivos más eficientes del fútbol español.
De tú a tú con la élite
En los siete años que estuvo el Eibar en Primera División se codeó con los mejores equipos y realizó campañas espectaculares. Sin embargo, los inicios fueron complicados. Después de ser el mejor debutante de Europa tras quedar octavo en la primera vuelta de la 14/15, una segunda rueda para olvidar dejó a los armeros en el descenso. Cuando en Eibar ya estaban haciendo cuentas para afrontar otra campaña en Segunda División, se confirma el descenso administrativo del Elche por problemas económicos y los armeros se salvan. Quien sabe lo que hubiera pasado si la historia hubiera sido diferente. Desde entonces, el Eibar le plantó cara a toda la Primera División, realizando campañas memorables y quedándose a las puertas de Europa en la 17/18. Athletic Club y Real Sociedad, quienes siempre habían visto al Eibar como su hermano pequeño, incluso con un trato condescendiente, ya no veían con tanta gracia a su vecino. Para el recuerdo de todos los eibarreses quedará aquel 3-0 al Real Madrid en Ipurúa, o la consecución de los cuartos de final de Copa del Rey tras derrotar al Osasuna. Románticos del fútbol de todo el mundo empezaron a seguir al Eibar, como ese héroe inesperado que contra todo pronóstico hace posible lo que parece imposible. La cifra de accionistas y de peñas repartidas por todo el mundo se multiplicaron. Sin duda, fueron los mejores años del equipo con la ciudad menos poblada y con el estadio de menos capacidad de la historia de la Primera División moderna.

Cote disputando un balón con Karim Benzema en el 3-0 de la temporada 18-19 / Real Madrid
Pero todo lo bonito acaba, y el 16 de mayo de 2021 se confirma el descenso matemático de los armeros a 2ª División. Al año siguiente, todo parecía indicar que el Eibar volvería a Primera División cuando en la última jornada se enfrentó al descendido Alcorcón. Con una victoria eran campeones, pero pincharon. En los play off, como en tantas ocasiones, fueron eliminados. Pero la historia del Eibar es una historia de lucha, superación y perseverancia. Los armeros saben mucho de reponerse a un tropiezo tras otro, de sacudirse el polvo tras una caída, levantarse y seguir corriendo. Saben salir de pozos en los que es más fácil bajar los brazos y ahogarse que empezar a trepar para llegar a la superficie y ver la luz. Ese es el espíritu de la Sociedad Deportiva Eibar. Por eso, a falta de 6 jornadas, son líderes de la Segunda División. El sueño sigue intacto, y lo seguirá estando siempre, pase lo que pase.
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