Los entrenadores que cautivaron al Anxo Carro

Durante las once temporadas consecutivas que el Lugo ha estado en Segunda División, hasta 16 entrenadores diferentes se han sentado en los banquillos del Anxo Carro. Algunos cumplieron con los objetivos fijados, otros pasaron sin pena ni gloria por tierras gallegas y otros fracasaron estrepitosamente. Sin embargo, existe un selecto grupo de técnicos que, más allá de conseguir buenos resultados, han dejado un recuerdo imborrable en la afición alvibermella. Fondo Segunda ha seleccionado a los tres que cautivaron a toda una ciudad.
Con el descenso del CD Lugo ya confirmado, toca analizar las once temporadas seguidas que el equipo gallego ha estado en la categoría de plata. No para recordar con añoranza ahora que se avecinan tiempos convulsos, sino más bien examinar cuáles fueron los aciertos (y errores) pasados para poder repetirlos (o no) en el futuro. Concretamente, toca hablar de entrenadores. Hasta 16 técnicos diferentes, desde Quique Setién hasta Joan Carrillo, se han sentado en los banquillos del Anxo Carro. ¿Cuáles han sido los más destacados y qué hicieron para dejar un grato recuedo en Lugo?
Quique Setién y un legado imborrable
Quizás el mejor ejemplo que resume la etapa del cántabro en Lugo no es uno de sus tantos éxitos, sino más bien un palo. Y es que antes de ascender a Segunda División, el cuadro alvibermello había caído la temporada anterior en la final de la promoción contra el Alcoyano. Los gallegos perdieron por la mínima los dos encuentros de aquella eliminatoria y pese a lo duro de quedarse a las puertas del fútbol profesional, Quique Setién acabó el choque de vuelta saliendo a hombros del Anxo Carro. Que esta pequeña anécdota sirva al lector del impacto que tuvo el actual entrenador del Villarreal tanto en el equipo como en la ciudad.
Se podría hablar de los números de Setién en Lugo. Podríamos recalcar que es el técnico con más partidos dirigidos en la historia del club, el que más victorias ha conseguido, el único que ha conseguido estar seis temporadas consecutivas en el Anxo Carro, el que consiguió que los gallegos sufrieran relativamente poco para conseguir la permanencia. Sin embargo, todos estos datos objetivos quizás no hagan justicia a la huella que ha dejado el técnicio.
Y es que el cántabro proporcionó al cuadro albivermello algo muy complicado de conseguir y sobre todo de mantener en el mundo del fútbol: identidad. El ser fiel a un estilo de juego e insistir con él lleguen o no los resultados. Una propuesta de fútbol que no es ni mejor ni peor que otras, que de hecho choca por completo con los estilos que predominan tanto en la antigua Segunda División B como en la la Liga SmartBank, pero que cautiva al espectador y hace que valga la pena pagar una entrada. Ir al Anxo Carro para ver al Lugo de Setién era saber que se iba a disfrutar de un fútbol atractivo independientemente de la categoría o de la entidad del rival. El santanderino empezó a tener reconocimiento en su etapa en Las Palmas, tuvo su confirmación en el Benito Villamarín y sus éxitos le valieron para ocupar los banquillos del Camp Nou y ahora el de la Cerámica. Aún así, fue en Lugo donde empezó este sendero y el recuerdo que sigue dejando en el equipo continúa siendo imborrable.
Fotografía: CD Lugo
El milagro de Rubén Albés
Quedaban solo siete jornadas para la conclusión de la temporada 2020/21 en Segunda. El Lugo se encontraba en puestos de descenso como antepenúltimo. Hacer un cambio de entrenador a esas alturas era tirar una moneda al aire y parecía que había salido cruz. Rubén Alvés no aterrizó con los dos pies en el Anxo Carro. De hecho, un mes después de su contratación, el técnico vigués tenía al equipo en una situación peor a cómo lo había encontrado. La situación era dramática, con el equipo penúltimo y a cuatro puntos de la salvación con cinco jornadas por disputar.
Sin embargo, en casa y contra el Mirandés empezó el milagro. Aquel triunfo contra los rojillos inició un final de curso excelente, con cuatro victorias y un empate en las últimas cinco fechas. En la penúltima jornada los alvibermellos salieron de la zona roja y en la última defendieron la zona de salvación. Alvés se ganó el derecho a seguir en el Anxo Carro a la temporada siguiente y volvió a cumplir con el objetivo de la permanencia, esta vez con algo más holgura. Ese Lugo solo estuvo una jornada (y fue en la cuarta, con la competición recién empezada) en puestos de descenso y ofreciendo una imagen más que positiva. Una propuesta que distaba de la de Setién pero que retomaba el fútbol atractivo y ofensivo. La misma con el que el técnico ha cautivado a Albacete, convirtiendo a un recién ascendido a un candidato a ocupar puestos de promoción a Primera División.
Fotografía: CD Lugo
Una ilusión fugaz con Francisco Rodríguez
Quizás los últimos meses el Lugo con el almeriense fueran un bajón en cuanto a los resultados, pero si se habla de bajón es porque hubo un cénit. Y la cúspide aquel equipo con Francisco en el banquillo fue ver a los gallegos como líderes de Segunda División. Aquel equipo estuvo buena parte de la temporada en la zona noble de la clasificación y no fue por mero azar. A diferencia de Setién antes y Alvés después, la clave de la plantilla estuvo en una defensa sólida y un centro del campo contundente y muy físico. A ese CD Lugo era muy complicado de hacerle goles y de ganarle duelos individuales.
Las lesiones y la falta de puntería en momentos claves impidieron a aquel equipo tener la regularidad necesaria en la segunda vuelta para luchar por el ascenso. Sea como sea, si el objetivo del Lugo durante todos estos años ha sido el de lograr la salvación, los hombres de Francisco estuvieron todo el curso 2017/18 mirando más hacia arriba que hacia abajo. Ya solo por ello el entrenador andaluz dejó un más que grato recuerdo en el Anxo Carro.
Fotografía: La Liga
Recordando las gestas de estos tres entrenadores, el Lugo tiene los modelos deportivos que puede recuperar si quiere regresar a la Segunda División. Es una quimera que vuelva a salir otro Setién, es complicado que se obre un milagro como el que hizo Alvés y ahora mismo se antoja imposible que los gallegos alcancen la cota de resultados que hizo Francisco. Sin embargo, sí que se pueden recuperar ciertos aspectos que estos técnicos aportaron y que son más que necesarios en cualquier equipo que sueña con volver al fútbol profesional. Tener una identidad y creer en ella como hizo Quique, poseer una propuesta valiente como la que trajo Rubén y recuperar la solidez y la competitividad que tenía Francisco. Estos tres ingredientes pueden significar la diferencia entre regresar al fútbol profesional o atravesar el desierto de Primera RFEF durante un tiempo indefinido.
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