Reconstrucción tricolor

Final y nuevo comienzo, la vida en estado puro. Todo, absolutamente todo, tarde o temprano se acaba. Nada es para siempre. Los problemas, los cafés, las amistades, los libros, el amor… E incluso la vida misma, todo tiene su fin.
El fútbol no está exento de ello. Los jugadores van y vienen, cambian de camiseta año tras año; cambiamos de asientos y graderíos en nuestro estadio; nada es como la primera vez que llegamos a ese recinto que nos ofrecerá tantas alegrías en años venideros. Las temporadas transcurren y solo queda disfrutar de ellas y de sus circunstancias. Nada es para siempre.
Así hizo el FC Andorra tras finalizar su primer año en el fútbol profesional. Una temporada ilusionante para la entidad en la que no se pasaron grandes apuros y que finalizó con un sabor amargo tras quedarse a las puertas del Play Off de ascenso. No obstante, el Principado estaba de fiesta y llegó para quedarse.
Despedidas, duras pero necesarias
Punto y final a una temporada de ensueño del cuadro pirenaico, que llega a su fin tras una marabunta de idas y venidas durante la temporada. Lesiones, ilusión y constantes rachas positivas y negativas que terminaron dejando al club en una meritoria séptima posición. La mejor de toda su historia.
Unas estadísticas batidas por sus jugadores, los cuales son piezas individuales que hacen funcionar el global puzzle de Eder Sarabia. Como engranajes de un reloj, cada uno con su labor y su eficaz funcionamiento permite trabajar de la mejor forma al resto de compañeros. De eso se trata el fútbol, un deporte colectivo cada vez más lleno de individualidades. Fin a una temporada histórica y fin a su vez a la etapa de muchos de sus jugadores en el club, más o menos trascendentes, pero todos ellos importantes.
El primero en despedirse fue el aragonés Marc Aguado, jugador referencia en el equipo que da por finalizada su cesión en el club tras tres años en la entidad y que la próxima temporada vestirá la camiseta del Real Zaragoza. Importante para Eder Sarabia en Primera RFEF, donde logró el ascenso de categoría. Pero también en Segunda División, siendo el segundo jugador con más minutos disputados esta temporada tras Mika Mármol. Baja significativa de un jugador que creció con la camiseta tricolor puesta. Junto a él, otras cinco cesiones finalizan y sitúan a la planificación deportiva en el punto de mira de cara a la próxima temporada, a la espera de nuevas incorporaciones.
Dani Morer y Álex Petxarromán regresarán a Famalicao y Athletic Club respectivamente tras una temporada marcada por las lesiones de ambos jugadores. Cabe destacar que el guipuzcoano pese a llegar este mismo verano fue especialmente importante en los esquemas del equipo alcanzando la titularidad en múltiples partidos al comienzo de la competición. Sin embargo, su lesión y la de Dani Morer hicieron que ambos futbolistas finalizaran la temporada con menos de 15 partidos disputados.
Otro de los jugadores con poca relevancia ha sido Álex Valle. El futbolista procedente del filial del FC Barcelona llegó a la entidad andorrana en el mercado invernal con el objetivo de reforzar el lateral izquierdo tras la lesión de Martí Vilà. Sin embargo, tan solo siete partidos disputados con muy poco protagonismo ha hecho que su estancia en el conjunto tricolor haya pasado sin pena ni gloria entre sus compañeros.
Un protagonismo que sí que lograron Bundu y Germán Varela. Pese a llegar el último día de mercado estival procedente del RSC Anderlecht, el jugador africano se ha convertido en el primer internacional extranjero del club, donde además ha disputado 29 partidos aportando tres goles a su cuenta particular. Por su parte, Germán Varela ha sido otro de los jugadores clave para Eder Sarabia desde su llegada, esta vez en el ataque tricolor. Una rápida estancia en el club que lo ha dejado como segundo jugador con más partidos en la categoría tras Hector Hevel, y cuarto con más minutos de toda la plantilla. Desborde y compromiso de un jugador que vuelve al filial txuri-urdin.
Respeto a nuevos horizontes
Por contra, el director deportivo, Jaume Nogués, y sus ayudantes ya están trabajando de cara a confeccionar la plantilla de la próxima temporada. Una temporada en la que se espera dar un paso al frente y consolidar el proyecto en Segunda División. Y, por qué no, soñar con un ascenso a la máxima categoría.
El primer ladrillo ya está puesto. Así lo confirmó el club el pasado fin de semana, aunciando que Sergio Molina ampliaba su contrato en vigor con la entidad para dos temporadas más, pudiendo convertirse en el eje del centro del campo tras la marca de Marc Aguado. Una renovación de uno de los artífices del ascenso al fútbol profesional y de los pocos que se espera mantener de cara a las próximas temporadas.
“Continuar en Andorra ha sido siempre mi prioridad. Quiero seguir progresando como futbolista y vivir desde dentro el crecimiento del club”, afirmaba el jugador.
Diversas opciones de renovaciones las que pueden ofrecerse en las oficinas del FC Andorra, así como múltiples llegadas, salidas y algún que otro regreso como los de Manu Nieto y Diego González. Dos jugadores que se marcharon cedidos al CD Eldense en busca de seguir ampliando su experiencia y que, hoy por hoy, se encuentran disputando los Play Off de ascenso a Segunda División. Mucho trabajo por hacer de cara a la confección de la plantilla de la próxima temporada, pero con un único objetivo en mente: soñar en Segunda División.
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