Guion cruel para el Eibar

La vida no es un camino de rosas. A estas alturas, aquel o aquella que aún continúe en la idea de que alcanzará todas sus metas, terminará siendo consciente igualmente de que el golpe contra la pared que supondrá el primer intento fallido dolerá muchísimo más que si hubiera contado entre sus opciones con un descalabro. A su vez, tendemos con frecuencia al optimismo. Y es que vivir instalados en lo opuesto llevaría a un tránsito no ya pesimista, sino apesadumbrado. Quizá lo ideal estaría en encontrar el equilibrio aunque, claro, esto entraña una dificultad mucho mayor que el simple hecho de considerarlo. Y, la SD Eibar, la de ahora, se encuentra en ese limbo en el que se entendería tanto el suicidio como el positivismo tóxico. Y ninguna de las dos vertientes, seguramente, le llevaría al éxito. Por ello, toca tratar de nivelar la balanza emocional en todo lo que rodea al club. No será un camino sencillo.
Porque las dos últimas temporadas para el conjunto armero han dibujado desenlaces terriblemente crueles. Este segundo no alcanza a buen seguro los niveles violentos y angustiosos que se pudieron experimentar la temporada pasada, aunque no deja de constituir en cuanto a tiempo y forma una experiencia paralela y desoladora. Rendir linealmente bien durante toda una temporada, instalarte en la primera posición y en las últimas jornadas dejar escapar no ya el campeonato, sino el ascenso directo. Y rematar el descalabro cayendo en las semifinales del playoff, presas de lo inhumano de las situaciones enfrentadas. El Eibar ha sufrido en su pellejo las auténticas calamidades de una competición que no espera a nadie.
El guionista de LaLiga SmartBank, a escena
Ya lo relata Xavi Rodríguez durante toda la temporada en sus retransmisiones. En realidad, se hace una pregunta que a todos nos encantaría contestar:
¿Quién es el guionista de LaLiga SmartBank?»
Lo desconocemos. Lo que sí nos deja claro semana tras semana es que le gustan los giros de guion. Juguetones, impredecibles, inesperados. En esta ocasión, y para el Eibar, terminó fabricando un final más propio de «Las chicas del cable» que de un deporte llamado fútbol. Lo verdaderamente macabro es que no es un caso aislado. Si repasan un poco podrán encontrar demasiadas historias marcadas por el dramatismo. Cualquiera podría imaginar que los armeros no tropezarían por segunda vez con la misma piedra, pero lo han hecho. Como ya lo hizo antes, por ejemplo, el Girona. Hasta que derribó su particular maldición con el playoff. El narrador siempre deja una puerta abierta a la esperanza.
Detalles que ayudan a descartar maldiciones
La realidad, habitualmente, termina por empeñarse en colocar frente a nosotros detalles y motivos para explicar el origen de los acontecimientos. Es cierto que los de Gaizka Garitano han logrado mantener una cierta regularidad a lo largo de la temporada. Pero, simplificando, nos encontramos a un Eibar que ha marcado menos goles que el resto de los 7 primeros de la clasificación y ha encajado más que cualquiera de los 5 que han terminado dominando la competición. Esto es, a priori, ha sido peor en las áreas que sus rivales directos. Y ello, especialmente en área contraria, se ha terminado confirmando tanto en el tramo final de la competición liguera como en los playoff de ascenso. No acertar en portería contraria, habitualmente, lleva a sufrir para alcanzar cualquier objetivo. O directamente a no conseguirlo. Tampoco en defensa ha estado especialmente fino, así que combinando ambas fases comienzan a explicarse muchos de los males del conjunto de Ipurúa.

Stoichkov celebra su tanto ante el Alavés en la ida del playoff | Foto: SD Eibar
Es esa vulnerabilidad en momentos clave la que ha terminado condenando a los armeros a caer derrotados en combate tras dominar la contienda constantemente. Llegados al momento de la verdad, en el que se ha de responder con personalidad y fortaleza mental, ha terminado apareciendo también el bloqueo mental. O más bien el bloqueo total.
Momento de afrontar un reto descomunal
Ahora, ya sin Gaizka, es momento de definir cómo afrontar el futuro. Los recursos, a buen seguro, no serán los mismos. Transcurridas las dos primeras temporadas tras el descenso, habrá que ajustarse en cuanto a límites salariales y, con ello, probablemente, se deberá afrontar una reestructuración de plantilla. En Segunda División esto, aunque evidentemente afecta, no ha de suponer necesariamente un obstáculo insalvable. Aún puede quedar algún rescoldo de las ayudas al descenso, aunque mínimo, eso sí. Habrá jugadores que puedan continuar, otros que se vean obligados a salir por no encajar en los límites económicos del club e incluso los que decidan buscar retos de mayor calado. La dirección deportiva tendrá trabajo por delante y de su eficiencia dependerá el nuevo rumbo del Eibar.
El mayor activo, sin duda, una afición incondicional. Una que ha soportado dos de los golpes más duros que se pueden recibir como hincha y además de forma consecutiva. Tras ello, lo más destacable, es la reacción de esa maltrecha hinchada. Mendizorroza fue testigo de una respuesta que dignifica a la gente del Eibar y al fútbol en general. Alcanzar la gloria en el tercer y más complejo intento: el desafío. Y Eibar, como saben, es plaza de superar retos.
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