La UD Almería se prepara para un relevo en su delantera. Con la posible salida de Luis Suárez, la dirección deportiva ha puesto sus ojos en el punta argentino del Granada CF, Lucas Boyé, según adelanta La Voz de Almería. El club rojiblanco monitorea la situación con paciencia. Consciente de que este verano podría abrirse la ventana perfecta para un fichaje de impacto.
Boyé, de 29 años, es un delantero con experiencia en LaLiga. Reúne peso ofensivo, movilidad y capacidad para combinar. Sus cifras en la temporada 24‑25 avalan su valía: 10 goles y 5 asistencias en 33 partidos de Segunda. Además, su contrato con el Granada se extiende hasta junio de 2027. Su cláusula de rescisión es cercana a los 10 millones de euros.
El perfil de Boyé encaja con lo que demanda el nuevo proyecto. Un delantero que trabaje el espacio, presione desde arriba y sirva de ancla para los llegadores. Su etapa en Granada trasciende lo estadístico. Y es que ha sido capitán y referente. El club almeriense dispone ahora de mayor margen de maniobra, gracias al dinero que entrará con la salida de su actual goleador.
La situación económica y el impulso deportivo convergen. El Almería tiene músculo para asumir el coste, mientras que River Plate, Rayo Vallecano o Alavés también tantean al argentino. Sin embargo, los rojiblancos esperan su momento y confían en su argumento como mejor oferta en el mercado.
Aunque de momento no hay operaciones cerradas, el club mantendría conversaciones para tantear el entorno de Boyé. El objetivo es esperar al desenlace definitivo de Suárez. Si se concreta la venta, el Almería estará listo para activar la alternativa más lógica y brillante.
Pedagogía y oportunidad se aúnan en esta estrategia. Hay que esperar sin precipitarse para concretar, si llega el momento, el fichaje más sensible del verano. Pero la ventana está abierta. Y todos perciben que el argentino puede ser el candidato ideal para el 9 rojiblanco.
La contratación de Boyé sería un mensaje claro. La UD Almería quiere ascender con herramientas. Con piezas consolidadas. Un delantero veterano, con gol y esfuerzo, complementaría a los jóvenes. Y daría un tono más competitivo y equilibrado al equipo en el desafío de la 25‑26.
La clave es temporalizar la operación. Primero, cerrar la puerta de salida de Suárez. Luego abrir el camino a la posible llegada de Boyé. Un plan medido. Sin estridencias. Y cargado de lógica deportiva en la renovación del ataque.
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