Mirandés: primer fichaje y segundo a la vista

Empieza a latir con fuerza el nuevo proyecto del Mirandés. Y lo hace con un regreso que sabe a recuerdo feliz y a promesa renovada. Adrián Pica, aquel joven que dejó huella en el filial rojillo hace dos temporadas, vuelve a Anduva. Esta vez para enfundarse la camiseta del primer equipo. Llega en calidad de cedido desde el Deportivo Alavés. Y su retorno no es un simple préstamo. Es un gesto de confianza mutua. Un círculo que se cierra para volver a abrirse lleno de futuro.

Pica es seguridad, contundencia y trabajo. Un perfil que el nuevo cuerpo técnico ha marcado como esencial desde el primer día. Y es que con la llegada de Fran Justo al banquillo jabato, las prioridades no han cambiado. Se busca intensidad, identidad y juventud con hambre. El fichaje del defensor es solo el primer paso de una reestructuración que promete movimiento en Miranda de Ebro.

Un viejo conocido en el radar de Fran Justo

Con Pica ya de vuelta, el Mirandés acelera ahora en otra operación que puede marcar el centro del campo rojillo. El nombre sobre la mesa es el de Marino Illescas. Un mediocentro de 24 años que ha cuajado una gran temporada en el Algeciras. Su rendimiento no ha pasado desapercibido para varios clubes, entre ellos el Ceuta, que ya mostró interés en hacerse con sus servicios. Pero el vínculo emocional entre Illescas y Fran Justo, con quien coincidió en el pasado, podría ser clave.

Illescas es uno de esos jugadores que no hacen ruido, pero sostienen equipos. Silencioso y eficiente, con visión y ritmo. Justo le conoce bien. Sabe lo que puede aportar tanto con balón como sin él. Y el futbolista vería con buenos ojos reencontrarse con el técnico en un escenario como el de Anduva, que vuelve a convertirse en plataforma ideal para crecer.

El Mirandés se rearma con una mezcla de memoria y ambición

Los primeros pasos de este nuevo Mirandés muestran un patrón claro. El de recuperar talento conocido y atraer piezas que entiendan el modelo. Fran Justo tiene su hoja de ruta marcada. Y el club la sigue con firmeza. Con un ojo en el pasado y otro en el futuro, la entidad burgalesa empieza a construir sin estridencias, pero con decisión.

El mercado apenas ha comenzado. Pero en Miranda ya se respira ilusión. Porque cuando un proyecto se edifica sobre conexiones reales, sobre nombres que suenan a historia compartida, todo es posible. Y Anduva, como siempre, volverá a ser testigo.