El Deportivo perdió su magia en casa: de fortín inexpugnable a campo donde los rivales no sienten presión y en Riazor se sufre más de la cuenta
Las cifras no mienten sobre el problema de Riazor como factor. Esta temporada el Deportivo no arrancó bien en casa. Ya se han escapado 2 puntos de los 6 disputados en casa. La temporada pasada los números fueron demoledores para sus aspiraciones. El equipo no encadenó dos victorias consecutivas en Riazor en todo el curso. Incluso llegó a enlazar cuatro partidos sin ganar en Riazor. Mientras fuera de casa el Deportivo brillaba, en casa sufría constantemente.
La asistencia media actual ronda los 23.000 espectadores por partido. Son cifras históricas que sitúan al Deportivo entre los mejores del país. Con 29.433 socios totales, el club batió récords de abonados. Riazor mantiene su tirón social pero pierde su factor intimidante. La afición es fiel pero el equipo no responde en casa, eso se debe cambiar si se quiere ascender.
Antonio Hidalgo debe devolver a Riazor el ser una fortaleza
Antonio Hidalgo llega con el aval de haber convertido El Alcoraz. El técnico catalán hizo del estadio del Huesca un fortín inexpugnable. Sumó 12 victorias en casa y apenas cuatro derrotas la pasada campaña. Su sistema con tres centrales y dos carrileros aportó seguridad defensiva. Ni Idiakez ni Gilsanz lograron hacer de Riazor un lugar temible ¿lo logrará Hidalgo?
El ambiente sigue siendo espectacular cuando hay alicientes importantes en juego. El partido ante el Sporting generó una atmósfera increíble con 25.221 espectadores. Las mejores entradas se concentran en duelos contra rivales históricos o cercanos. Racing de Ferrol, Oviedo, Sporting y Zaragoza llenaron las gradas. La conexión entre equipo y afición existe cuando hay objetivos claros. El técnico sueña con lograr hacer valer esa conexión en su favor. La temporada pasa por hacer del estadio herculino un lugar imposible.
