La UD Almería afronta el mercado veraniego obligada a renovar su plantilla tras el descenso y las últimas decepciones. Sin embargo, la operación salida se ha estancado debido a las restricciones del límite de cesiones y la falta de ofertas atractivas para los futbolistas descartados. Dificultando la planificación del nuevo curso.
Muchas bajas pendientes en Almería
El club destina gran parte de su esfuerzo a buscar acomodo para jugadores que no entran en los planes de Rubi. Este verano varios futbolistas que regresaron de cesión o terminaron contratos están entrenando en el Anexo. Apartados del grupo principal a la espera de encontrar salida. Algunos, como Maximiano, Melero, Robertone o Edgar González, están en esa lista de transferibles. Que no han recibido propuestas convincentes para dejar el club.
Según medios como Diario de Almería y el propio club, las restricciones del reglamento limitan el número de cesiones permitidas. Esto es tanto en salida como en llegada. Lo que dificulta aún más la gestión de la plantilla. Por ello, Almería debe acelerar ventas definitivas o rescindir contratos. Ya que el mercado local y extranjero es reacio a aceptar préstamos masivos. Esto ha provocado que algunos descartes sigan en el club más tiempo del deseado. Ralentizando la llegada de nuevos fichajes.
El límite de cesiones y los obstáculos del mercado actual
Las normas de control de plantillas en LaLiga y otras ligas europeas restringen el número máximo de futbolistas que cada club puede ceder o incorporar como cedidos cada temporada. Además, tras las últimas reformas FIFA, se busca evitar planteles inflados de jugadores en préstamo sin oportunidades reales de jugar. Almería ha llegado al tope de salidas posibles bajo cesión. Bloqueando el futuro inmediato de otros jugadores descartados para el nuevo proyecto.
Esta situación contrasta con la política de años anteriores. Cuando era común enviar a muchos jóvenes a distintos destinos. Ahora, la entidad afronta dificultades incluso para cerrar operaciones con otras ligas. Porque muchos clubes tampoco pueden aceptar nuevos cedidos. En consecuencia, la dirección deportiva se ve forzada a negociar rescisiones. Además de rebajas salariales o ventas a bajo coste para liberar fichas y margen económico de cara a los fichajes de verano.

Repercusiones en la planificación y pasos a seguir
La imposibilidad de dar salida rápida a todos los descartes afecta directamente a la construcción de la plantilla rojiblanca. Mientras las salidas no se cierren, resultará difícil inscribir nuevos jugadores. Así como completar los refuerzos previstos para el objetivo del ascenso. Los técnicos y la directiva reconocen la necesidad de afrontar ya la operación salida con flexibilidad y creatividad. Anticipando incluso la posibilidad de dejar fuera de convocatoria a los jugadores cuyo futuro siga estancado hacia el comienzo de liga.
La prensa local y deportiva insiste en que esta problemática no es exclusiva de la UD Almería. Pero en el caso rojiblanco la urgencia es mayor por el tamaño actual de la plantilla. Existiendo la necesidad de ajustar el límite salarial tras el descenso. El reto será renovar el vestuario y traer caras nuevas sin hipotecar el futuro económico del club.