En La Rosaleda se respira orgullo. No es para menos. Pero también preocupación. El Málaga CF afrontará las próximas semanas sin una de sus piezas más influyentes. Se trata de Izan Merino. El joven centrocampista ha sido convocado por la selección española para disputar el Mundial sub-20.
Un premio merecido para un jugador que se ha convertido en el metrónomo del equipo. Pero que deja un vacío importante en la medular blanquiazul. En el peor de los escenarios, Merino podría perderse hasta un mes de competición. Y lo haría justo en un tramo de calendario que se antoja clave para el equipo de la Costa del Sol.
Un mes sin su motor en el mediocampo
Merino ha disputado 4 de los 6 partidos de este inicio liguero, acumulando más de 330 minutos. Y registrando un 82% de acierto en el pase en campo contrario, según datos de LaLiga. Su capacidad para dar equilibrio entre defensa y ataque ha sido fundamental para que el Málaga mantenga su idea de juego, Sólida en bloque medio y rápida para salir a la contra. De hecho, ha sido en su ausencia por lesión en las últimas dos jornadas donde el equipo más se ha desajustado.

Perder a un futbolista así obliga a Sergio Pellicer a mover fichas. Y a buscar alternativas. Dar más peso a Dani Lorenzo, visto lo visto, parece la opción más aconsejable. Ante el Cádiz, el equipo mejoró con la influencia del joven canterano.
Un escaparate de talento en el Mundial para el Málaga
La convocatoria de Izan Merino se suma a las de Peio Canales (Racing de Santander) y David Mella (Deportivo de la Coruña). Un hecho que confirman que LaLiga Hypermotion es un vivero de talento. España parte como una de las favoritas en el Mundial sub-20, como suele ser habitual. Y el torneo puede servir para que Izan siga creciendo en un escenario de máxima exigencia.
Cada minuto de juego será una oportunidad para mostrar que está preparado para liderar el futuro del club malaguista. Un evento que, a buen seguro, forjará aún más la personalidad del futbolista. Experiencias así suelen enriquecer y afianzar.
Orgullo y desafío a partes iguales
La ausencia de Merino plantea un desafío para el Málaga, es obvio. Pero también una ocasión para medir la profundidad de su plantilla. Las alternativas existentes en el vestuario para liderar una zona clave. Si el equipo es capaz de sostener el rendimiento sin su brújula en el centro del campo, saldrá reforzado.
Y cuando el joven regrese, lo hará con más experiencia. Probablemente convertido en el jugador que marque el rumbo de la temporada. Porque, a veces, las ausencias también sirven para forjar el carácter de un equipo que quiere volver a soñar.