En una categoría donde el silencio pesa tanto como la palabra, Ceuta ha decidido hablar sin contar todo. Luhay Hamido, presidente del conjunto caballa, ha vuelto a convertirse en el epicentro del debate en los prolegómenos de la nueva temporada en LaLiga Hypermotion. Con su estilo directo, valiente y sin medias tintas, ha dejado clara su postura: no desvelará el límite salarial del club, al menos no antes de que lo haga oficial LaLiga. «Ningún equipo lo hace», asegura con firmeza. Y razón no le falta.
La decisión, lejos de esconder debilidad, responde a una estrategia compartida por muchos clubes de la categoría. Proteger la planificación. Cuidar los detalles. Guardar las cartas. Porque en el fútbol profesional, la información también es poder. Y Hamido, que ha llevado al Ceuta a lo más alto, sabe jugar cada partida con cabeza y con corazón.
Rechazos firmes y apuestas por el futuro
Pero su firmeza no termina ahí. En un gesto que ha sorprendido a propios y extraños, el presidente ha anunciado que rechazará una subvención nominativa de dos millones de euros ofrecida por el Gobierno de Ceuta. Un dinero que, según ha explicado, no encaja con el modelo de gestión que desea para el club. Prefiere avanzar sin ataduras, sin condicionantes políticos ni dependencias incómodas.

Eso sí, no ha cerrado la puerta a la colaboración institucional. De hecho, se ha firmado un convenio por cinco millones de euros para adecuar el estadio a las exigencias del fútbol profesional. Además, el club recibirá otros dos millones de euros destinados a cubrir gastos derivados de la nueva categoría. Una ayuda necesaria para un proyecto que, aunque ambicioso, pisa con humildad cada escalón.
Ceuta se sostiene sobre convicciones, no sobre promesas
Lo que se está construyendo en Ceuta va más allá de lo deportivo. Es una declaración de principios. Un modelo que desafía la lógica habitual y que prefiere apoyarse en la coherencia antes que en la dependencia. Luhay Hamido lo lidera desde la serenidad y el carácter. Firme en sus ideas. Inquebrantable en sus convicciones.
Y mientras el club se prepara para vivir su primera aventura completa en el fútbol profesional, la ciudad respira ilusión. Porque en esta orilla del Estrecho no hay espacio para el miedo. Hay proyecto. Hay dirección. Y hay un presidente que, con cada decisión, está escribiendo su propio manifiesto de independencia.