miércoles, julio 30, 2025
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El partido de la vergüenza

Ni entrada gratuita, ni Trofeo Memorial Juan Rojas, ni leches. La entidad propietaria de la Unión Deportiva Almería le vuelve a dar un guantazo en toda la cara a sus aficionados. La eliminación del abono familiar y la subida de precios como castigo por falta de asistencia, aparte de todos los deméritos deportivos a los que nos tienen acostumbrados estos últimos dos años, son solo algunos de los factores que desde hace semanas hacen sentir al fiel rojiblanco descuidado, e incluso humillado.

Cargarse tradiciones

El pensador de esto se desconoce, pero ha cometido un gran error. De toda la vida, en el partido de presentación del equipo ante los aficionados en tu propio estadio, se compite por un Trofeo Memorial, en este caso el «Juan Rojas», pero a esta gente le ha parecido mejor ningunear a la historia antecesora de su propio ombligo. Para qué voy yo a halagar a uno de los impulsores del proyecto que tengo ahora en mis manos, pensarán. «En tiempos de espectáculos artificiales, en lugar de acordarnos de nuestras raíces, hemos decidido lucrarnos con el poder», deberían pensar.

Me imagino a El Assy, Al-Khereiji, o quién sea, pensando: «Diez euros no son nada para mis abonados, que se ahorren el desayuno del domingo con Manolo y ya». «Y vamos a poner la entrada general a precios escandalosos para que se sientan cuidados, valoremos al abonado». Y sí, cierro comillas para hablar yo y decir que tienen razón, diez euros no son nada. A la familia que ha desembolsado más de mil euros por los abonos otro año le da igual pagar diez euros más por cabeza. Lo que le importa, y nos importa, es el gesto. Cristiano Ronaldo (que veremos si juega o no) es muy pequeño en comparación al sentimiento que te produce coger tu camiseta, bufanda o bandera, ir al estadio, animar y, al finde siguiente, pedir el día libre en el trabajo para recorrer media península y volver a ver a tu escudo en un marcador digital de un campo cualquiera del país.

Para los que dirigen este club, este partido no es para el aficionado, ni siquiera para ver cómo está nuestro equipo. Es para ver a los Cristianos, Manés, Brozovićs y compañía. Y si no me creen, miren el tamaño de estos tres en comparación con nuestros futbolistas en el cartel de presentación. Una vez más, un pequeño detalle que dice mucho. Si para cada venta millonaria, cada playoff, permanencia o ascenso; os aplaudimos, entiendan el rechazo ante una oda al fútbol artificial y lucrativo. Ellos verán el partido de Cristiano, pero el que lloró de tristeza y emoción en Lugo, ve el partido de la vergüenza.

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