El Racing de Santander ha decidido que ya no está para que le arrebaten su alma sin resistencia. En un fútbol en el que los clubes con mayor músculo financiero acostumbran a imponer su voluntad, el conjunto cántabro ha dejado clara su postura: quien quiera talento racinguista, deberá pagar su precio justo. Así lo expresó Chema Aragón durante su presentación como nuevo director deportivo, en una declaración que fue mucho más que una frase: fue un aviso.
Y es que los rumores no han tardado en aparecer. El protagonista es Andrés Martín, el jugador que ha encendido los corazones verdiblancos durante toda la temporada. Con 18 goles y 18 asistencias en la 2024-25, su nombre ya circula entre despachos de equipos de superior categoría. Pero en Santander no están dispuestos a regalar a su estrella. No esta vez.
Una joya del Racing que no se malvende
El club ha transmitido internamente que Andrés no saldrá salvo que llegue una oferta económicamente importante. Y es que no se trata solo de cifras o rendimiento. Andrés Martín representa algo más profundo: identidad, compromiso, liderazgo. Es el futbolista que ha elevado el nivel competitivo del Racing y ha hecho soñar a una afición exigente y pasional.
Chema Aragón fue contundente: «El Racing ya no es un club al que se le quitan piezas sin negociar. Aquí, el que quiera algo, tendrá que venir con dinero». Un mensaje que resuena como declaración de intenciones. En la nueva etapa que se abre en el Sardinero, se quiere crecer desde la firmeza, no desde la resignación.
Construir desde la ambición
La continuidad de Andrés Martín se convierte así en un símbolo. Retener a un jugador diferencial como él no solo eleva el nivel del equipo. También refuerza la imagen de un club serio, con proyecto y aspiraciones. Porque si el Racing quiere mirar hacia arriba, debe empezar por proteger a quienes lo hacen mejor.
El verano será largo, y las ofertas podrían llegar. Pero el mensaje es claro. Andrés no saldrá por una cifra cualquiera. Y si llega ese momento, será porque el Racing lo ha decidido desde el poder, no desde la necesidad. Porque hay veces que decir “no” con firmeza es el primer paso para construir algo grande.
