Hay futbolistas que dejan huella. Incluso cuando su marcha fue obligada por las circunstancias. Alejandro Francés es uno de ellos. Formado en las entrañas del Real Zaragoza y convertido en símbolo blanquillo. Su salida rumbo a Girona supuso una herida en el alma de una afición que soñaba con verle ascender con su escudo. Hoy, meses después, ese anhelo podría tomar forma. El club catalán ha incluido al joven defensor en su lista de cedibles. Y el nombre del Zaragoza aparece de nuevo sobre la mesa.
Francés, de 23 años, apenas ha tenido protagonismo en el Girona desde su llegada. Con la competencia feroz en la zaga del conjunto de Míchel, y con el objetivo de no cortar su proyección, el club busca una cesión. Un movimiento que le garantice minutos, continuidad y confianza. Según fuentes cercanas al entorno del jugador, el Zaragoza no es el único interesado. Almería, Valladolid y Leganés han preguntado por su situación. También Elche o Alavés, en Primera.
Versatilidad, carácter y experiencia en Segunda
Pese a su juventud, Francés ya suma más de 120 partidos en LaLiga Hypermotion. Puede actuar como central en defensa de cuatro, como tercer zaguero en línea de cinco, o incluso como lateral derecho. Su inteligencia táctica, capacidad de anticipación y liderazgo silencioso le convierten en una pieza muy codiciada para cualquier equipo que busque solidez defensiva sin renunciar a una salida limpia desde atrás.

Su nombre, además, conecta directamente con el corazón del zaragocismo. Fue uno de los pilares del último gran intento de ascenso del club maño. Y su vuelta supondría no solo un refuerzo deportivo, sino un golpe emocional para una afición que necesita volver a ilusionarse.
El mercado dictará sentencia y el Zaragoza quiere que le sea favorable
El Girona escucha propuestas. Francés busca minutos. Y varios clubes de Segunda y Primera acechan. La operación dependerá de múltiples factores. El reparto del salario, la voluntad del jugador y la capacidad de cada club para ofrecerle un proyecto donde crecer. Pero si hay un lugar donde el defensor ya ha sido feliz, ese es Zaragoza.
El regreso de Alejandro Francés sería mucho más que un fichaje. Sería un reencuentro con su esencia. Y quién sabe si, también, con el destino.