Arranque agridulce del Deportivo, no tantos puntos como cabría esperar de su lucha por el ascenso. Mejoras importantes, problemas atrás, viejos fantasmas
El Deportivo ha arrancado la temporada con sensaciones agridulces tras tres jornadas disputadas. La victoria ante Granada (3-1) en la primera jornada mostró el potencial ofensivo del equipo. El empate sin goles ante Burgos en Riazor dejó dudas sobre la efectividad. El empate en Leganés (2-2) evidenció los dos extremos del equipo blanquiazul y dejó en entredicho a la defensa. Los números hablan de cuatro puntos en nueve posibles, cifras que no convencen del todo. El arranque deja la sensación de que el equipo tiene argumentos pero falta consistencia. Antonio Hidalgo está puliendo los detalles de un proyecto que busca el ascenso directo.

Las grietas del renovado muro defensivo se han mostrado desde el primer partido oficial. En Leganés tardaron apenas 11,65 segundos en mostrar las debilidades defensivas del conjunto. Arnau Comas y Dani Barcia pasaron por muchos apuros ante los delanteros rivales. La juventud de la línea defensiva puede ser un problema de personalidad y carácter. Las sensaciones son positivas en ataque pero generan serias dudas en defensa. Quizá sea el momento de dar entrada a otros jugadores como Lucas Noubi o de dar confianza a los que están.
Las nuevas armas ofensivas toman forma. Un ataque temible en la categoría
Las incorporaciones ofensivas han elevado considerablemente el nivel de la plantilla deportivista. Mulattieri ya ha debutado con gol en Leganés y aporta movilidad al ataque. Stoichkov llegó del Granada en el intercambio con Bouldini y conoce la categoría. Luismi Cruz ofrece velocidad y desborde por las bandas cuando entra al campo. Charlie Patiño ha dado un salto de calidad impresionante y se ha convertido en líder organizador. El técnico catalán cuenta con una rotación amplia que mantiene alerta a todos los jugadores. En su mano está que estos jugadores se compenetren y destrocen defensas.

El objetivo del Deportivo debería ser estar peleando por el ascenso directo. La plantilla confeccionada por Fernando Soriano tiene calidad suficiente para estar arriba. Hidalgo dice sin tapujos que el objetivo es ascender y proclama tener plantilla. En su debe las malas sensaciones de la defensa el lunes. El sábado llega la primera prueba de fuego real ante un Sporting invicto. Los asturianos han ganado sus tres primeros partidos y están en plena forma. Será un test importante para medir las aspiraciones reales del conjunto blanquiazul. El encuentro tendrá fuerte olor a Primera División y puede colgar el cartel de no hay billetes. Riazor debe ser un fortín para que el equipo cumpla con las expectativas generadas y alejar viejos fantasmas.