La temporada en Anduva ha empezado de la mejor forma posible y el Mirandés sigue instalado en la zona noble de la clasificación, cuando estamos ya cerca de alcanzar el primer tercio de competición. Pero más allá de las cifras, el punto más destacable está siendo la defensa. O más concretamente el sistema defensivo. Y es que lo que podía acabarse convirtiendo en un problema para Alessio Lisci se está destapando como la gran arma de los jabatos. ¿Seguir con defensa impar o pasar a jugar con cuatro? El debate está abierto desde la primera jornada, pero las semanas pasan y el rendimiento ofrece cada vez menos dudas.
Una plantilla hecha para jugar con extremos, pero…
La situación en el mercado de verano obligó al Mirandés a presentarse al primer partido de liga frente al Córdoba con lo justo y necesario en cuanto a futbolistas con ficha profesional se refiere. Con lo que había y sin opciones para hacer ningún experimento, Alessio Lisci alineó un once con defensa de tres centrales y dos carrileros. Las cosas no le fueron mal, ya que los jabatos se llevaron el triunfo sin encajar ningún gol, como si de una premonición se tratase.
Y es que ahora, con nueve partidos ya jugados, el Mirandés se mantiene como la mejor defensa de la categoría con apenas tres goles encajados. Y, además, sin haber cambiado ni un ápice del planteamiento inicial, pese a las posteriores incorporaciones de jugadores como Joel Roca, Álex Calvo, Ander Martín o Alberto Dadie. Quizá debían ser ellos los protagonistas, siguiendo la dinámica de años anteriores en cuanto a destape de futbolistas ofensivos en Miranda de Ebro. Pero este año los focos los están acaparando los Tachi, Juan Gutiérrez o Hugo Rincón.
El debate seguirá abierto
Porque aunque parezca contraproducente, cuanto mejores sean los resultados del conjunto rojillo, más viva se mantendrá la posibilidad de cambiar de sistema. Porque eso significará que el Mirandés tendrá cada vez más cerca el objetivo de los 50 puntos. Y Lisci tendrá el abanico de opciones aún más abierto para dar minutos y oportunidades a todos sus futbolistas. Solamente han transcurrido dos meses de competición y el Mirandés aún no tiene absolutamente nada asegurado. Sin embargo, y a diferencia de la mayoría de equipos de la categoría, los jabatos saben perfectamente cual es su patrón de juego y el camino a seguir para alcanzar el éxito.
Pero al mismo tiempo, el Mirandés cuenta con un grupo de jugadores considerados como actores secundarios a día de hoy que llegaron a Anduva para dar ese empujón a su carrera que ya han conseguido muchos otros jugadores en campañas anteriores. Por lo tanto, la expectación por ver si los jabatos se mantienen en la zona noble seguirá compartiendo protagonismo con la otra cara de la moneda. Esa será la de ver cuándo empieza a emerger (si es que lo consigue) todo ese talento ofensivo que ha buscado, un año más, volver a reunir en Anduva.