En una etapa de reconstrucción, hay decisiones que marcan el camino. El Cádiz está muy cerca de asegurar la continuidad de uno de sus pilares más reconocidos: Álex Fernández. El centrocampista madrileño, alma y brújula del equipo durante años, apunta a renovar su contrato por dos temporadas más. Un gesto que va más allá del papel: es compromiso, liderazgo y memoria.
El periodista Berni Arroyo, referente en la actualidad cadista, ya deslizó a comienzos de junio que Álex era imprescindible para Gaizka Garitano. Y no se equivocaba. Ahora, tanto él como Ángel García aseguran que el acuerdo está prácticamente cerrado. Una noticia que llena de esperanza a un Cádiz que quiere volver a ser de Primera.
Garitano sonríe: su hombre de confianza se queda
Para el técnico vasco, Álex representa más que un futbolista. Es la prolongación de su idea sobre el campo, un líder silencioso con la capacidad de ordenar el juego y sostener al equipo en momentos de vértigo. Su presencia en el vestuario será clave para el nuevo proyecto, que aspira a conquistar un ascenso que devuelva la luz a la Tacita de Plata.
La renovación, además, lanza un mensaje claro: el Cádiz no piensa improvisar. Pretende construir sobre certezas. Y Álex lo es. A sus 31 años, su experiencia, compromiso y conexión con la grada lo convierten en una figura difícil de reemplazar. Es uno de esos futbolistas que representan algo más que los 90 minutos.
El Cádiz se aferra a sus emblemas para volver a volar
Con esta renovación, el club demuestra que la vuelta a Primera no se busca solo con fichajes, sino también reteniendo el alma de un proyecto. En tiempos de cambios, conservar lo esencial es una decisión valiente. Y Álex, con su historia y su entrega, encarna ese corazón amarillo que no deja de latir.

Todo apunta a que el anuncio oficial no tardará. Y cuando llegue, Cádiz celebrará como se celebran los regresos esperados. Porque hay jugadores que, aunque nunca se hayan ido, siempre vuelven. Y Álex Fernández es uno de ellos.