Después de seis jornadas sin ganar, la Sociedad Deportiva Huesca volvió a reencontrarse con la victoria. El conjunto oscense se impuso al Sporting de Gijón en el estreno de Bolo en El Alcoraz, en una situación complicada para el equipo, que llegaba en descenso y aún tocado por la derrota en el derbi.
Jon Pérez Bolo solo realizó un cambio en el once respecto al partido contra el Real Zaragoza: Dani Ojeda, ya recuperado, entró en lugar de Dani Luna. Esta vez, con más acierto que ante el cuadro blanquillo, el Huesca se impuso a los asturianos gracias a dos penaltis transformados por Sielva y Kortajarena.
Bolo da un respiro al Huesca, confiando en la vieja guardia
Pese a su brillante comienzo, con diez puntos en cinco encuentros, los azulgranas han tenido problemas para seguir sumando. Con una de las plantillas más jóvenes de la categoría y bajo la dirección de Guilló —el técnico más joven de Segunda y sin experiencia previa en la categoría—, esa falta de experiencia en momentos clave ha castigado al Huesca, que dejó escapar puntos tanto en el empate de Las Palmas en los últimos minutos como en la rápida remontada sufrida en el Belmonte con el Albacete en apenas seis minutos.
Tras sumar solo cinco puntos en las ocho jornadas siguientes, Guilló fue finalmente destituido, pese a conseguir un empate ante el Andorra, encuentro que marcaba su continuidad, gracias a una gran segunda parte, en la que el equipo mostró un cambio de mentalidad. Desde el club se tomó la decisión de echar al técnico alicantino, aunque Ángel Martín González estaba en desacuerdo, ya que consideraba que debía sentarse en el banquillo en el derbi.
Se produjo un giro en los acontecimientos con la elección de Bolo, pasando de un técnico sin experiencia en Segunda a uno con casi doscientos partidos en la categoría. Su estreno en el Ibercaja Estadio fue decepcionante, empezando por la alineación, que dejó en el banquillo a Ángel Pérez y Enol, dos de los mejores en el inicio de temporada. Se notó un patrón: dar protagonismo a los veteranos, aunque el juego ofrecido fue muy deficiente, superado por el conjunto maño. Ese patrón se repitió ante el Sporting, confiando de nuevo en la vieja guardia —Sielva, Dani Ojeda y Enrich, a quienes ya había dirigido en la Ponferradina—, y esta vez lograron imponerse y conseguir la victoria.
