El fútbol, a veces, no necesita palabras para generar preocupación. Basta una ausencia. Y la del delantero Higinio Marín en el reciente amistoso del Albacete ante el Villarreal B ha encendido las alarmas en el entorno manchego. Sin previo aviso y sin parte médico oficial, su no participación ha despertado el temor más temido por cuerpo técnico y afición. El de una posible recaída física.
En un equipo donde Higinio no es solo un delantero, sino un referente emocional y deportivo, cualquier contratiempo suyo tiene eco. Y más aún en una pretemporada clave para recuperar sensaciones tras una temporada 2024-25 irregular. En la que el Albacete sufrió para mantener la categoría y se vio lastrado, en parte, por la falta de continuidad de su ariete titular.
El historial de Higinio: calidad contrastada, físico frágil
A sus 31 años, Higinio es uno de los delanteros con más experiencia de LaLiga Hypermotion. La pasada campaña disputó 22 partidos y anotó 9 goles, aportando liderazgo ofensivo y trabajo sin balón. Sin embargo, su curso volvió a estar condicionado por los problemas físicos. Entre molestias musculares y dolencias articulares, se perdió demasiadas jornadas oficiales.
Su historial médico ya genera cierta inquietud. Y su rol en el nuevo proyecto de Alberto González es capital. La dirección deportiva ha apostado por reforzar el ataque, pero el técnico andaluz sigue considerando a Higinio como pieza angular en su esquema. Por eso, su ausencia frente al filial groguet, sin explicación pública, deja un poso de incertidumbre difícil de ignorar.
El silencio que ensombrece la preparación en el Albacete
El club, al menos por ahora, ha optado por no emitir ningún comunicado. Ni parte médico, ni explicación técnica, ni referencia a una posible precaución. Ese silencio ha dado alas a la especulación. Y en una afición tan pasional como la del Belmonte, el eco se amplifica. ¿Molestias? ¿Descanso programado? ¿Recaída? Las preguntas siguen en el aire mientras el equipo continúa preparando su debut liguero.
A la espera de confirmación oficial, el Albacete se enfrenta a un dilema que va más allá del terreno de juego. Gestionar el físico de un delantero tan influyente como frágil. Porque si Higinio no está, el equipo lo nota. Y si Higinio se lesiona, lo sufre todo el Belmonte.
En el fútbol, el tiempo lo aclara todo. Pero cuando se trata de Higinio, cada minuto en silencio es un latido de incertidumbre.
