El fútbol puede ser cruel con quienes más lo buscan. José Corpas, capitán y estandarte de la SD Eibar, ha protagonizado uno de los datos más llamativos de este arranque liguero. Son ya 14 disparos en seis jornadas y ni un solo gol.
Una cifra que lo sitúa en el podio de futbolistas más insistentes sin premio. Solo está por detrás de Otero (Sporting, 22) y Sebas Moyano (Zaragoza, 16), según la cuenta especializada Stats Segunda en X.
El papel de Corpas en el esquema del Eibar
Más allá de la estadística, lo que refleja esta racha es la importancia de Corpas en el entramado ofensivo del equipo. Conocido por su despliegue físico, su llegada desde segunda línea y su capacidad para generar ventajas, el jienense es una pieza fundamental en la pizarra de Beñat San José. Casi insustituible.
Su aportación trasciende el gol. Fija defensores, arrastra marcas y permite a sus compañeros encontrar espacios. Recorre la banda derecha y apura línea de fondo como pocos en la categoría. Sin embargo, el capitán sabe que en el fútbol también hay que ofrecer números. Y el gol es la vara de medir definitiva.
La sequía como desafío
No es la primera vez que un atacante atraviesa un tramo de pólvora mojada. Ni será la última. Corpas, curtido en mil batallas en Segunda, sabe lo que es convivir con la presión y la ansiedad del gol esquivo.
Sus 6 dianas de la pasada temporada son prueba de que su relación con el gol no es negativa. Ahora que se ha complicado, necesita que una de esas ocasiones que genera acabe besando la red para liberarse de la losa psicológica que acompaña a todo atacante cuando la racha se alarga.
Un espejo en el que mirarse para el extremo del Eibar
La historia de LaLiga Hypermotion está plagada de ejemplos de jugadores que comenzaron con sequías prolongadas para luego firmar campañas brillantes. El propio Otero, hoy líder de este “ranking negativo”, sabe que insistir es la única receta para acabar encontrando el gol.
Corpas no ha perdido la confianza ni la determinación. Lo sigue intentando, alejando la ansiedad de su fútbol. Cada disparo suyo es un recordatorio de que la fortuna terminará sonriéndole porque tiene cualidades para ello. Y el Eibar está esperando, paciente, que todo fluya.
El gol como punto de inflexión
La SD Eibar, eso sí, necesita que su capitán recupere la puntería cuanto antes. En una competición tan igualada, es vital que todos los jugadores encuentren su mejor versión.
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Cuando llegue —porque llegará— ese primer gol, no será solo un número. Será la liberación de un líder que sigue escribiendo su historia en Ipurua con fe, constancia y carácter. La de un futbolista que ha definido una carrera de enorme regularidad en sus números y rendimiento.
