Las dos caras de un Real Sporting en construcción

El equipo rojiblanco ha tenido un inicio de liga con muchos altibajos. Rubén Albés está intentando impregnar a los jugadores del Sporting de sus automatismos y de su forma de jugar.

Una transición paulatina en el Real Sporting

La transición de Miguel Ángel Ramírez a Rubén Albés en el banquillo del Real Sporting de Gijón deja claro que los inicios nunca son sencillos. El equipo asturiano está dejando pinceladas de la idea del técnico gallego. Pero hasta el propio Albés reconoce que todavía están lejos de la forma de jugar que él tiene en la cabeza. El bloque de futbolistas que ya estaban la temporada pasada ha cambiado por completo sus movimientos y sus automatismos en menos de tres meses. La adaptación está siendo complicada.

Diego Sánchez, en un partido con el Sporting

El cambio más notable es la altura en la que juega la última línea. Con Miguel Ángel Ramírez la línea defensiva jugaba a unos 20 metros de la portería. Ahora se están acostumbrando a situarse cerca de la línea del medio del campo. Evidentemente, este cambio ha provocado errores que han costado goles. Y está comprometiendo la fiabilidad defensiva del equipo. Pero, a la larga, quizás sea positivo. Cabe destacar que con la lesión de Diego Sánchez, las molestias de Rober Pier y el proceso de adaptación de Maras, Albés todavía no ha podido disfrutar de la disponibilidad de todos sus centrales.

Una exigencia física que se eleva

La presión es otro de los componentes que han cambiado en la pizarra rojiblanca. La temporada pasada, el equipo tendía al repliegue. Sin embargo, con la llegada de Albés todo ha cambiado. El despliegue físico del equipo es mucho más notable. Se alternan momentos de defensa en bloque alto con una presión intensa en campo rival para recuperar la pelota lo más cerca de la portería rival posible. Nacho Méndez es el futbolista que más afectado se está viendo por estas directrices. El luanquín acaba muy cansado los encuentros y ese agotamiento acaba afectando directamente a su acierto en el pase.

No todo es negativo, ni mucho menos. Lander Olaetxea se ha adaptado fugazmente y ya es una pieza clave en el centro del campo del equipo asturiano. De hecho, el otro día tuvo que ocupar la posición de central y su falta en la sala de máquinas se notó negativamente. Dubasin es otro de los que ha caído de pie. La afición se volcó con «el pingüino» desde el primer momento. El atacante hispano-belga ya suma dos participaciones de gol y parece que ha encontrado su lugar.

Eric Curbelo aterrizó con malas actuaciones en El Molinón. Pero, poco a poco, ha ido mejorando sus prestaciones. La gran duda que queda por despejar es la de Jordy Caicedo. El potente delantero ecuatoriano debutó en El Sardinero y dejó buenas sensaciones. Pero todavía es muy pronto para hacer una valoración de su juego.

La paciencia, clave para el nuevo Sporting

Cinco puntos de quince. No es lo que se esperaba de este inicio liguero, pero como se suele decir «Roma no se construyó en dos días». Ahora solo queda pensar en el duelo que tienen el próximo fin de semana en Tenerife, contra un equipo que pasa por una crisis de juego y resultados. Pepe Mel debutará en el banquillo chicharrero. Una victoria visitante puede darles un impulso anímico antes de volver a jugar con el aliento de El Molinón en la espalda.

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