La controversia por el número de entradas entre el Racing de Santander y el CD Mirandés ha dado un giro inesperado. Después de que la afición racinguista criticase duramente al club rojillo por enviar solo 399 entradas para el duelo de vuelta en Anduva, se ha conocido que el Racing ha facilitado las mismas localidades para el encuentro de ida: tan solo 399. Una cifra que ha sorprendido, sobre todo por la diferencia de aforo entre ambos estadios.
El Sardinero cuenta con una capacidad de 22.308 espectadores. Muy por encima de los poco más de 5.700 que caben en Anduva. Aun así, el Racing ha decidido limitar al máximo la presencia visitante. Busca así teñir las gradas con sus colores en un partido clave por el ascenso. Esta decisión no ha pasado desapercibida en el entorno del Mirandés. Consideran que el trato ha sido, como mínimo, similar al que ellos ofrecieron.
El Mirandés no se queda de brazos cruzados
Pese a la escasa disponibilidad de entradas, el club jabato quiere que su afición esté presente en El Sardinero. Por ello, ha anunciado que fletará autobuses para facilitar el desplazamiento a Santander. El objetivo es que los 399 seguidores rojillos hagan notar su aliento desde la grada en un ambiente que se prevé muy hostil.
Con este nuevo dato sobre la mesa, la polémica toma otro rumbo. Lo que parecía una injusticia hacia la afición del Racing, se ha convertido en un cruce de decisiones estratégicas por parte de ambos clubes. En el Mirandés no entienden las críticas recibidas. El playoff ya se juega también fuera del césped.
