Una pareja de centrales que encandila en Elche

El Elche CF ha comenzado de forma irregular su andadura en LaLiga Hypermotion 24-25. Eso sí, en la última jornada el Martínez Valero volvió a disfrutar de su equipo. En fútbol y en resultado, que ya es decir. Poco a poco, el estilo de Eder Sarabia parece que se va impregnando en su plantilla. A ello ayuda, sin duda, una pareja de centrales expeditiva y complementaria. Bambo Diaby y David Affengruber encandilan a la hinchada ilicitana.

Bambo Diaby, atisbo de ídolo en Elche

La historia de este central de apariencia robusta es, cuanto menos, curiosa. Lo ha debido pasar tan mal que parece valorar cada minuto en el césped como si fuese el último. Una sanción de dos años por dopaje, en un contexto de muchas incógnitas por una supuesta sustancia para perder peso frenó a un central extraordinario al que empezaban a seguir clubes grandes. Estaba en Premiership y regresó a Cataluña, donde ya había estado años antes. Está de vuelta, fue presentado montando a caballo y así parece jugar. Imponente defensivamente, contundente, expeditivo. Con hambre, carisma, personalidad y una fuerza descomunal.

Diaby, un seguro para el Elche

Ahora, además, suma la capacidad para dar asistencias en clave ofensiva. Sobre el verde desprende, sin duda, una sensación de superioridad física innegable y un liderazgo irrefutable. Todo un descubrimiento para Eder Sarabia. Hubo quien afirmó a su llegada que no se amoldaba a las características del juego del técnico. Poco tiempo ha bastado para demostrar lo contrario.

David Affengruber, elegancia y seguridad

Él es el complemento perfecto. El central que pasa desapercibido, pero que termina los encuentros sin haber ofrecido una muestra de inseguridad. Elegante, seguro, coordinado y pulcro en la salida de balón. Alejado en apariencia de su pareja de baile, aunque muy similar en cuanto al muestrario de cualidades. Quizá no tan físico, aunque añadiendo finura y claridad en el trato de balón.

Eder Sarabia ha ofrecido a Pedro Bigas dos compañeros en la zaga que completan una línea de tres centrales complementarios. La experiencia innegable del central balear de 34 años se ve potenciada por dos futbolistas más jóvenes, expeditivos y hambrientos. Con eso, el técnico vasco ha de construir los cimientos que permitan crecer ese fútbol de toque y dominio que predica. El Elche empieza a carburar.

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