El estreno de pretemporada de la SD Huesca dejó más preguntas que respuestas. Especialmente por la ausencia de Miguel Loureiro, uno de los nombres propios del verano en clave azulgrana. Su no participación no pasó desapercibida. Y alimentó los rumores sobre su posible salida.
Y es que Antonio Hidalgo, actual técnico del Deportivo de la Coruña y anterior entrenador del Huesca, ha señalado al lateral como prioridad en el mercado. El gallego fue indiscutible para él en la pasada campaña. Y ahora le quiere a su lado para el nuevo proyecto blanquiazul.
El Huesca no cede: cláusula o nada
La posición del club oscense, sin embargo, es clara. La SD Huesca se remite a la cláusula de rescisión, que asciende a un millón de euros. Una cifra considerada alta para la economía de la mayoría de equipos de la categoría, incluido el propio Deportivo.
Desde Galicia se valora la operación. Pero se considera excesiva para un jugador que termina contrato en 2026. Y que no ha manifestado públicamente su deseo de salir, aunque al parecer sí que lo tiene. El club aragonés, por su parte, no contempla facilitar la negociación a corto plazo.
Loureiro, un pilar del Huesca 24/25
Miguel Loureiro fue una de las piezas más sólidas del conjunto altoaragonés la pasada campaña. Su polivalencia defensiva, entrega y constancia le convirtieron en indiscutible en el lateral derecho. Y uno de los más utilizados durante toda la temporada.

Hidalgo conoce bien sus virtudes. Una de ellas, la polivalencia. Porque se desenvuelve a la perfección también como central. Y por eso le quiere como refuerzo prioritario. En el Deportivo buscan perfiles fiables para afrontar una temporada de ambición. Y Loureiro encaja a la perfección en ese plan.
Un culebrón con varios capítulos pendientes
Por ahora, el jugador sigue vinculado contractualmente a la SD Huesca. Pero su ausencia en el primer amistoso ha encendido las alarmas. No hay comunicado oficial, pero en los despachos se espera que esta situación pueda resolverse pronto. Ya sea con su salida o con una reafirmación de continuidad.
La afición azulgrana, por su parte, observa con atención los movimientos de un verano en el que el club debe tomar decisiones clave también en el apartado económico.