Antoñito Cordero, un ascenso imparable e inesperado

Tocado por una varita. Como tantos otros futbolistas a lo largo de la historia. Francisco Portillo o José Luis García Recio, en clave malaguista, podrían ser ejemplo. Aunque lo de Antoñito Cordero va camino de romper cualquier estereotipo anterior. El atacante posee ese duende propio del que parece destinado al éxito. Con esa sonrisa que conquista al espectador, que refleja la enorme confianza que tiene en sí mismo y el carisma desbordante que le caracteriza.

Antoñito Cordero, el héroe adolescente

Porque el de Jerez de la Frontera comenzó la temporada 23-24 en el filial malaguista. Debutó en la Jornada 2 con el primer equipo. Testimonial, un minuto. Y fue teniendo apariciones esporádicas durante la temporada. Dejó 12 goles con el Malagueño en 3ª RFEF e intentó ayudar a los suyos a alcanzar el ascenso, aunque caerían ante el Almería B. Pero lo mejor estaba por llegar. Primera asistencia con el primer equipo en la Jornada 36. Y el Málaga, a por el playoff.

Antoñito Cordero, en conducción con el Málaga

Ahí, nada hacía indicar que Antoñito fuese a gozar de protagonismo alguno. De hecho, no participó ni un minuto ni en semifinales ni en la ida de la final. Pero el destino le tenía reservado el papel de protagonista, héroe e ídolo. La prórroga del partido decisivo de la temporada constituyó su entrada en el Olimpo malaguista. El Málaga estaba eliminado por el Nàstic. Perdía por 2-1, lo que igualaba la eliminatoria y daba el ascenso al Celta Fortuna gracias a su mejor clasificación durante el campeonato.

Y apareció él. El GOL. Delirio. El Málaga estaba de vuelta en Segunda y la gloria se la llevaba un chaval de tan sólo 17 años que apenas acababa de aterrizar en el equipo. En el último minuto de la prórroga, a través del momento más épico que se pueda vivir.

Un inicio prometedor en Segunda y convocatoria con la sub-19

Así que, sin apenas haber pisado la 1RFEF, terminó siendo el nombre propio del ascenso del Málaga. Y, con ello, con trabajo y talento, se ha ganado la oportunidad de demostrar en el fútbol profesional. 6 titularidades en 8 encuentros para empezar. Y una respuesta al alcance de muy pocos. 3 goles y 3 asistencias y una influencia en el juego impropia de un futbolista de su juventud. Insultante, aunque definitorio.

Antoñito Cordero tiene personalidad, alma y descaro. Y no es Sergio Pellicer uno de esos entrenadores que deje pasar delante de sí un talento tan inmenso sin exprimirlo. Por eso, el joven jerezano ya es un fijo en este Málaga CF que ha regresado con frescura al fútbol profesional. Antoñito abre el campo, encara, tira diagonales, se atreve con todo y aparece allá donde el gol se olfatea. Y disfruta. Goza de cada oportunidad y deleita al tendido con ese fútbol atrevido y alegre que lleva dentro. Y todo ello, con toda una carrera por delante. Pasen, vean y disfruten.

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