En el fútbol hay silencios que pesan más que los goles. Y en Santander, ese murmullo lleva nombre propio: Peio Canales. El joven centrocampista, joya recién incorporada del Racing de Santander, afronta un horizonte de incertidumbre marcado por las llamadas de la selección española sub-21. Y también por el inminente Mundial sub-20, que se celebrará del 27 de septiembre al 20 de octubre. En una liga como la Hypermotion, donde cada jornada es un examen, la posible ausencia de Canales se convierte en una preocupación de primer orden.
El peso de una ausencia
LaLiga Hypermotion, como muchos saben, no se detiene durante los parones de selecciones. Esto significa que, si Canales es convocado por la sub-21 —algo que parece cada vez más probable—, el Racing podría quedarse sin su brújula en el centro del campo en citas clave del campeonato. La situación se agrava con la amenaza del Mundial sub-20. En el peor escenario, el club cántabro perdería a su joven talento durante casi un mes completo de competición.
El impacto sería notable. En lo deportivo, Canales debe aportar frescura, dinamismo y visión de juego apenas irrumpa como habitual en el once. Con apenas 20 años, ha demostrado ser algo más que una promesa. Es un futbolista capaz de marcar diferencias en un torneo tan igualado como la Segunda. En lo emocional, su ausencia significaría privar a la afición racinguista de un jugador que debe conectar con la grada y que simboliza la escasa renovación de la plantilla.
Orgullo y desafío para el Racing
El dilema es evidente. Por un lado, el Racing tendría el orgullo de ver a uno de sus futbolistas defendiendo la camiseta nacional en torneos de prestigio. Un escaparate que pone más en el mapa al jugador y al propio club. Por otro, la realidad competitiva es implacable. La pelea por los puestos altos de la tabla no concede respiros y cada punto cuenta. Perder a Canales en estas semanas puede suponer un golpe difícil de encajar.
Un riesgo que el Racing asumió
El fútbol, como la vida, se mueve entre riesgos y oportunidades. El Racing sabe que la evolución de Canales pasa inevitablemente por el escaparate internacional. Pero también que su presente necesita de su talento sobre el césped de los Campos de Sport. Será el tiempo quien dicte sentencia. Pero lo que ya es evidente es que el futuro del Racing late en las botas de un chico llamado Peio Canales, capaz de transformar cada balón en esperanza.
