El FC Andorra comienza a construir su nuevo proyecto con la mirada puesta en la confianza. Con Ibai Gómez al mando, el club propiedad de Gerard Piqué está dispuesto a apostar por piezas que encajen no solo en el modelo de juego. También en la filosofía del vestuario. Y en ese contexto aparece el nombre de Javier Vicario. Es un central de 23 años que acaba de anunciar su salida del Arenas de Getxo.
El anuncio oficial del club vasco ha encendido las alarmas. Pocas horas después, el periodista Ángel García ha asegurado que el joven defensor está muy cerca de firmar por el Andorra. Se reencontraría así con el técnico que lo ha hecho crecer en los últimos meses. Una decisión que habla más de confianza que de mercado. Una apuesta directa del entrenador por un jugador que ha sabido entenderle y ejecutarle.
Una relación que trasciende el campo
Vicario, que ha pertenecido a equipos como el Numancia o la Roma, se encuentra en un momento clave. Su evolución ha sido notable bajo las órdenes de Ibai Gómez, que no solo lo consolidó como titular. También lo convirtió en una referencia silenciosa dentro del vestuario. Ahora, todo apunta a que ese vínculo se prolongará en el Andorra, en una categoría superior y con mayores retos por delante.
Aunque todavía no hay confirmación oficial por parte del club del Principado, las sensaciones apuntan a que será uno de los primeros refuerzos del nuevo ciclo. Con 1,88 m de estatura, buena salida de balón y contundencia al cruce, Vicario encaja en la idea de un equipo que quiere reconstruirse desde atrás. Un perfil joven, con margen de mejora y ya adaptado al estilo de Ibai.
Andorra se rearma con confianza
El conjunto tricolor necesita recuperar sensaciones en su regreso al fútbol profesional. Y para eso, la elección de Ibai Gómez como técnico no es casual. El exfutbolista del Athletic y Alavés busca rodearse de jugadores que le respondan, que conozcan sus códigos. Vicario sería un paso más en ese camino.
El mercado avanza. Pero en Andorra han decidido no correr. Prefieren mirar bien antes de moverse. Y si el futuro se construye con quienes ya han demostrado compromiso y rendimiento, fichajes como el de Vicario se entienden como mucho más que simples incorporaciones. Son la base de algo que quiere crecer con coherencia y alma.
