El Levante UD continúa reencontrándose a sí mismo. Los partidos aplazados por la DANA trastocaron los planes del conjunto de Julián Calero. Al punto de que le sacaron de su triunfal racha de victorias, que le colocaba acechando el ascenso directo. Ahora que ha vuelto a encontrar la continuidad competitiva, retoma la velocidad de crucero. Son 7 sin perder, con tres victorias en sus últimos cuatro encuentros. Y la zona de ascenso, cada vez más cerca. Todo ello, bajo un denominador común: su presencia.
Elgezábal, el intocable del Levante
Así ha sido durante las 24 primeras jornadas ligueras. Unai Elgezábal se ha convertido en el único jugador de campo que juega todos los minutos. Siempre titular y siempre finalizando los encuentros. El polivalente futbolista está siendo utilizado por Julián Calero en el Levante como central y, ahí, se ha convertido en un habitual. Un fijo y un bastión sobre el que el técnico ha edificado su fortaleza.
Una reputación impoluta la forjada por el futbolista en el Burgos CF. De esos jugadores que un preparador quiere en su equipo por todo lo que le da al grupo. No ya sólo por su talento, calidad, inteligencia o nivel táctico que posee. También por muchos otros intangibles que le colocan como un líder silencioso. La extensión sobre el verde de la idea que el entrenador desea plasmar. Un lujo con el que no todos pueden contar.
Su quinta amarilla le obliga a parar
Y aquí se detendrá esa gran racha. Será en el partido 25 en el que no podrá participar, por sanción. Corría el minuto 20 de encuentro en Riazor cuando una falta significó la primera amarilla del partido para los granotas. Y la veía él, Elgezábal, para alcanzar las cinco vistas en estas primeras 24 jornadas. Ello le obligará a descansar en el partido que jugará su equipo en el Ciutat de Valencia ante el Racing de Ferrol.
Así, tan sólo quedarán 8 guardametas como futbolistas que hayan jugado todos los minutos. Porque Elgezábal era el último superviviente de una especie en peligro de extinción.
