En un mercado en el que las promesas vuelan antes de echar raíces, el Racing ha conseguido una victoria que va más allá de cualquier fichaje. Jeremy Arévalo, la perla ecuatoriana que ha deslumbrado con su desparpajo, su verticalidad y su talento en bruto, continuará defendiendo la camiseta verdiblanca.
El joven extremo ha renovado su contrato por dos temporadas, lo que garantiza al club cántabro seguir disfrutando de su mayor activo joven. La noticia, adelantada tras semanas de incertidumbre, llega como bálsamo para una afición que anhelaba certezas y futuro. Arévalo no solo representa ilusión; también simboliza el proyecto de cantera en el que confía la entidad.
Una apuesta que trasciende lo deportivo en el Racing
El presidente del club, Manolo Higuera, ya lo había deslizado públicamente: la renovación de Arévalo era prioridad absoluta. Y no es para menos. A sus 18 años, el atacante ecuatoriano ha mostrado en la temporada 2024-25 destellos de futbolista diferente, sumando minutos importantes y dejando huella cada vez que pisó el verde.
La firma no solo amarra a un jugador; también fortalece un discurso. El Racing construye desde la base, y que su talento más prometedor elija quedarse habla bien del proyecto. No ha sido fácil: el interés de clubes de mayor presupuesto existía. Pero la convicción del jugador y el trabajo de los responsables deportivos han logrado mantener el vínculo.
El Sardinero seguirá soñando con él
Con la pretemporada de la 2025-26 ya en marcha, Jeremy podrá continuar su evolución bajo la atenta mirada del cuerpo técnico. El plan es claro: potenciarle, protegerle y darle protagonismo progresivo sin prisas, pero sin frenos. En el fútbol moderno, pocos lujos hay como poder moldear a tu propia estrella.
Y en Santander, lo saben. El Racing no ha fichado a una joven promesa. Ha renovado a una realidad. A una luz que, si sigue creciendo, puede marcar una era. Porque cuando el talento va de la mano de la humildad, el cielo deja de tener techo.
