El Levante UD afronta su tercera temporada tras el descenso desde Primera División. La lógica hace presagiar que la dificultad para encontrar el ansiado ascenso se eleve exponencialmente. Sin embargo, el club granota ha realizado una fuerte apuesta con el regreso de dos de sus hijos pródigos y héroes más recientes. Vuelven los comandantes. Regresar José Luis y Vicente.
El primer comandante en llegar al Levante
Lo justo sería comenzar la casa por los cimientos. Porque el primer motivo para el optimismo en tierras valencianas se localiza en el banquillo. Julián Calero liderará a los granotas al mando de las operaciones, con el esfuerzo como única premisa innegociable. Burgos y Cartagena ya han disfrutado de sendas etapas exitosas con el técnico madrileño liderando el proyecto deportivo. Ahora, le toca al Levante, con la ambición por bandera.
Y, para continuar, José Luis Morales. El comandante regresa envuelto en cierta polémica debida al poso que dejó su salida al Villarreal. Aquel momento fue tomado por un sector de la afición como una traición cometida por el héroe del que se esperaba fidelidad. Morales regresa por un amor a los colores que algunos aún ponen en duda. El tiempo terminará por dictar sentencia, de dar y quitar razones a unos y a otros.
Una alegría unánime con la llegada de Iborra
Por su parte, la más reciente es la incorporación de Vicente Iborra. El regreso del eterno capitán. Hace poco más de un año lloraba un ascenso frustrado en el último suspiro y ahora, tras un periplo en Grecia, regresa para volver a intentarlo. El reto del capitán es el de devolver al equipo de su corazón al lugar que entiende que le corresponde: Primera División. Y lo hace renunciando en lo económico, aunque agarrado a lo emocional.
Así, con líderes incuestionables, volverá a acometer el Levante el tercer intento por regresar a ese lugar. Volver a la élite es el único objetivo y, para ello, nada mejor que contar con experiencia, pertenencia y orgullo.