El reloj avanza sin piedad. Y en el Alfonso Murube se respira un aire denso, aunque de enorme ilusión. Faltan apenas diez días para que arranque la temporada 2025-26 de LaLiga Hypermotion. Pero en Ceuta la preparación parece haberse congelado. Ni un solo jugador ha sido inscrito hasta el momento por el club norteafricano. Una situación curiosa en el estreno de un equipo que conquistó con épica su histórico ascenso.
Un silencio que… ¿inquieta?
Las razones no han sido comunicadas oficialmente por la entidad. Pero todo apunta a cuestiones económicas y administrativas. El presidente ya declaró que no quería dar pistas en cuanto a su límite salarial. Y esa podría ser la causa de que no haya aún inscripciones en LaLiga. La situación podría generar una inquietud creciente tanto en el entorno como en la propia plantilla. Los jugadores entrenan, pero no ven su nombre validado para competir.
No se trata solo de una cuestión burocrática. Hablamos de la preparación psicológica y emocional de un grupo humano que, tras tocar el cielo el pasado curso, ve cómo la euforia empieza a teñirse de incertidumbre. ¿Cómo afrontar un debut en la categoría de plata si no hay jugadores inscritos? ¿Qué mensaje recibe la afición?
Una categoría que no perdona
La Segunda División no espera a nadie. Es un campeonato exigente, crudo. Es cierto que ocultar información puede generar una ventaja frente a los rivales. Equipos como el Ceuta, debutantes en la categoría, deben jugar con todas las cartas en orden para no quedar fuera de combate antes incluso de empezar.
A nivel deportivo, se han producido movimientos en el mercado. Son varias las incorporaciones que han ilusionado a la afición. Pero ninguna de ellas está aún validada para competir. A priori, no debe cundir el pánico. Ni la preocupación. El inicio de Liga está asomando por la esquina, pero es obvio que el Ceuta podrá inscribir.
¿Milagro o naufragio para el Ceuta?
La historia reciente del fútbol español está llena de casos en los que los despachos frenaron la pasión del campo. La AD Ceuta está a tiempo de corregir el rumbo, pero cada hora sin novedades puede generar en sus jugadores una sensación de cierta incertidumbre evitable. En una ciudad que vive el fútbol como parte de su identidad, no cabe otro deseo que ver al equipo debutar con normalidad.
Pero para ello, primero, hay que salir de la sombra y entrar en la Liga. Literalmente.
