El Real Valladolid arranca la temporada como uno de los equipos más sólidos de LaLiga Hypermotion. Si el estreno ante el Ceuta en el Nuevo José Zorrilla fue esperanzador, su continuación aún eleva más la ilusión pucelana. En Castellón, victoria de oficio y delantero. Pero también de mucho más. Nunca ceñirse únicamente a los números y estadísticas ha sido buen termómetro.
Los nombres propios del Real Valladolid
Si el arranque nos dejó nombres como el de Amath o Chuki por encima del resto, el segundo envite ofrece matices a esa primera impresión. Porque sí, ambos futbolistas van a ser diferenciales en este Valladolid. Pero son otros dos los que, en una panorámica general, abarcan mayor espacio en la foto. Uno, el goleador. Latasa se adueñó de un cántico con cierta sorna que ahora es el de un futbolista querido y aclamado. Un delantero referencia con un juego aéreo imponente.

Pero, además, hay que agregar a Stipe Biuk. Y es que el extremo croata de 22 años ha transmitido sensaciones excepcionales en ambos enfrentamientos. Y, en ambos, ha dejado su sello con sendas asistencias. Incisivo, amenazante. Es un peligro en el uno contra uno porque puede desbordar por cualquiera de las vertientes. Un tesoro a las órdenes de Almada.
El Pucela, único imbatido de Segunda
Una estadística que sí que habla y bien de la personalidad del Real Valladolid es la de goles encajados. Ser el único equipo que no ha recibido aún ningún tanto en LaLiga Hypermotion no es casualidad. Almada busca que su equipo sea intenso, que esté siempre concentrado. Junto, ordenado y entregado. Y eso, justo eso, es lo que está siendo el Pucela.
Defensivamente, pocas rendijas ha dejado, si bien es cierto que en Castellón los locales perdonaron. Tuvieron suficientes ocasiones para anotar, pero Guilherme respondió y el palo se alió con los blanquivioletas. Pese a todo, tan sólo tres equipos han recibido menos disparos a puerta. Algo que habla y bien sobre el Real Valladolid en estas dos jornadas.