En La Romareda, los veranos nunca son silenciosos. El Real Zaragoza, club de historia inmensa y sueños de regreso a Primera, vive en estas semanas un torbellino de decisiones que pueden marcar el rumbo de la temporada. Tres nombres resuenan con fuerza en la actualidad blanquilla. Borge, Toni Moya y Unai Vencedor. Tres historias distintas, pero entrelazadas en un mismo relato. El de un equipo que busca identidad y jerarquía en LaLiga Hypermotion.
Borge, un adiós sin estruendo al Real Zaragoza
El primero en cerrar capítulo ha sido Borge, que ya ha rescindido oficialmente su contrato. Una salida discreta, casi en silencio. Que refleja la dureza de un fútbol en el que no siempre hay espacio para todos. Su marcha libera fichas. Y abre posibilidades en un Zaragoza que necesita reajustar piezas para ser competitivo en una categoría donde los márgenes son mínimos.
Toni Moya, incógnita en la medular
El segundo foco está en Toni Moya. El centrocampista, fichaje de renombre el pasado curso, arrancó la temporada con un rol inesperado. Ni un solo minuto en el estreno liguero. Una ausencia que sorprende, más aún teniendo en cuenta que el equipo demandó precisamente lo que Moya puede ofrecer. Pausa, salida limpia de balón y temple en la sala de máquinas. Su situación abre interrogantes sobre su rol en el esquema. Y plantea la posibilidad de que la puerta de salida no esté del todo cerrada.
Unai Vencedor, el mariscal esperado por el Zaragoza
Y en medio de estas dudas, emerge el nombre de Unai Vencedor. El mediocentro formado en Lezama, que dejó huella en el Athletic por su inteligencia táctica y capacidad para organizar, aparece como el objetivo principal para reforzar el corazón del Zaragoza. Su perfil encaja a la perfección con lo que pide el equipo. Liderazgo, criterio y jerarquía en un centro del campo que necesita un mariscal que ordene y empuje.
Un camino en construcción
El Zaragoza se encuentra en plena encrucijada. Entre las salidas que ya son oficiales, las incógnitas internas y los fichajes que se cocinan, el club busca dar con la tecla que devuelva la confianza a una afición que nunca falla. La temporada apenas ha comenzado. Pero las decisiones que se tomen en estos días serán determinantes. Porque en La Romareda la esperanza nunca se extingue. Y quizá en los pies de Unai Vencedor comience a escribirse el nuevo rumbo del Real Zaragoza.
