El Burgos CF está viviendo una temporada desagradable. Una en la que ha tenido que dar relevo a su banquillo. Nunca es agradable cuando sucede algo así. El caso es que ahora llegaba a la Jornada 26 Luis Miguel Ramis empeorando los números de Bolo. Y, por ello, adquiría tintes dramáticos el encuentro. De posible última bala. Y, además, ante el líder, el Racing de Santander. Un buen desafío.
Burgos, responder cuando la cuesta es más empinada
Por si la presión no era suficiente, el Racing se adelantó en el marcador en El Plantío. Había tenido la opción de adelantarse en la primera mitad el Burgos, sí. Pero el disparo de Sancris se estrelló en el palo. Sin embargo, en el minuto 63 Javi Castro adelantaba a los visitantes. Ramis ya había hecho modificaciones para entonces. Fer Niño por Espiau al descanso y Elady por Ojeda en el 60. Ese gol podría llevar a engaño y tirar por la borda las modificaciones del técnico. Pero nada más lejos de la realidad.
Porque ambos terminaron siendo claves en la remontada del Burgos. Ellos y también Íñigo Córdoba, que entró tras el gol cántabro. Los tres influyeron de una manera directa y determinante para la victoria de los blanquinegros. Elady puso el centro con el que se inició el primer tanto de Sancris. Fer Niño la rozó para habilitar al propio Álex en el primero y se inventó un golazo en el segundo. El Plantío volvió a ser un festín y un fortín. Y a disfrutar con su equipo.
Así pues, la intervención del técnico terminó siendo clave para que su equipo compitiese mejor. Para que su Burgos fuese más incisivo. Y para que terminase llevándose el gato al agua. Y es por ello que, esta semana, Luis Miguel Ramis se lleva nuestro Premio como Mejor Entrenador de la Jornada 26.