En la víspera de una de las noches más mágicas del año, el Albacete Balompié ha encendido su propia hoguera en forma de ilusión. El club manchego anunció este lunes su primer fichaje para la temporada 2025-26. Y lo hizo con un nombre que invita al optimismo: Víctor Valverde. El extremo de 23 años firma hasta 2028, procedente del Villarreal, que se reserva cláusulas por una futura venta.
Valverde llega tras una campaña espectacular en Primera RFEF, donde fue uno de los futbolistas más desequilibrantes de toda la categoría. Con 10 goles y 6 asistencias, ha demostrado que no solo es electricidad pura en el uno contra uno. También es un jugador con impacto real en los números. El Albacete se refuerza así con juventud, desparpajo y talento ofensivo.
Versatilidad para la segunda línea
Una de las grandes virtudes de Víctor Valverde es su capacidad para adaptarse a distintas posiciones del frente de ataque. Puede partir desde cualquiera de las dos bandas, actuar por detrás del delantero o incluso caer a zonas interiores con naturalidad. Un comodín ofensivo que ofrece soluciones en escenarios muy diversos.
En el Carlos Belmonte confían en que su irrupción sea inmediata. El futbolista llega en pleno momento de madurez y con una ambición que encaja con el nuevo proyecto. El Albacete, que aspira a dar un paso adelante en LaLiga Hypermotion, apuesta por un perfil que conjuga rendimiento y proyección. No se trata solo de presente; se trata también de construir futuro.
Albacete mueve ficha con visión
La operación, anunciada justo antes de la noche de San Juan, refleja una planificación cuidada por parte de la dirección deportiva. No es habitual ver movimientos tan tempranos, y menos con futbolistas tan cotizados. Pero el Albacete ha sido ágil, convenciendo a un jugador que tenía más de un pretendiente en el mercado.

Con contrato hasta 2028, y con el Villarreal todavía ligado a su evolución a través cláusulas económicas, Valverde aterriza con la mochila cargada de expectativas. La afición manchega ya tiene un nuevo nombre para ilusionarse. Y Víctor, un escenario donde crecer, brillar… y encender fuegos de esperanza.