El Eibar , dirigido por Etxebe, afronta un exigente calendario en las próximas dos semanas. Serán seis partidos en apenas 14 días. Esta serie de encuentros, que incluye compromisos de liga y Copa del Rey, pondrá a prueba la profundidad de la plantilla. Y también la capacidad del técnico para gestionar los recursos del equipo.
Un calendario apretado
El conjunto armero, que viene de vencer al Eldense por 1-0 en Ipurúa el pasado fin de semana, encara una fase de máxima actividad. El próximo sábado, 19 de octubre, se medirá al Mirandés fuera de casa a las 21:00 h. Apenas cuatro días después, el miércoles 23, recibirá al Cádiz en Ipurúa a las 19:00 h. Sin apenas respiro, el domingo 27 de octubre jugará contra el Málaga a las 14:00 h.
A este intenso ritmo liguero se suma el debut en la Copa del Rey el miércoles 30 de octubre. Será ante la UD Logroñés, fuera de casa, a las 20:00 h. Finalmente, cerrarán este periodo frenético enfrentándose al Elche en Ipurúa el sábado, 2 de noviembre, a las 14:00 h.
Gestión de plantilla y rotaciones
Ante esta situación, Joseba Etxeberría se ve obligado a gestionar con cautela el estado físico de su plantilla. Tendrá que combinar rotaciones estratégicas con la necesidad de obtener resultados positivos en todos los frentes. Etxeberría, que ya ha demostrado ser un técnico capaz de ajustar su equipo según las circunstancias, tendrá que mover fichas para mantener la frescura en cada partido.
El Eibar, conocido por su estilo de juego ofensivo y su capacidad de competir en la parte alta de la tabla, ha mantenido su competitividad. Todo ello a pesar de perder varias piezas clave en la temporada. Seis de los once titulares del último partido del playoff de la temporada pasada, incluido Luca Zidane y Stoichkov, dejaron el club en el verano. Pero Etxeberría ha sabido reestructurar al equipo para seguir en la lucha por los puestos de ascenso.
El reto del ascenso y la Copa del Rey
Este tramo de la temporada será clave para las aspiraciones del Eibar en Segunda División. El equipo ha sido un firme candidato al ascenso desde su descenso hace cuatro temporadas. Aunque el equipo ha sufrido derrotas dolorosas en los ‘playoffs’ en años anteriores, su consistencia y adaptabilidad siguen siendo un ejemplo para otros clubes que buscan regresar a la élite.
La Copa del Rey también representa una oportunidad para que el Eibar demuestre su valía en el ámbito nacional. Aunque el desgaste físico será un factor importante que Etxeberría deberá gestionar. La capacidad del equipo para competir en ambas competiciones dependerá de cómo afronten esta serie de partidos tan seguidos.
El Eibar de Etxeberría: una máquina competitiva
Desde su llegada al banquillo del Eibar, Etxeberría ha dado un giro al estilo de juego del equipo, haciendo de los armeros una máquina competitiva en Segunda División. A pesar de la mala suerte con los playoffs de ascenso en las últimas temporadas, el Eibar ha sido un modelo de consistencia. Con dos técnicos diferentes, pero logrando siempre pelear en los puestos altos de la tabla.
Esta temporada, a pesar de haber perdido la mitad de la columna vertebral del equipo, el Eibar ha demostrado una vez más que es capaz de adaptarse a las circunstancias. Así, ha logrado un arranque similar al de otras campañas. Ahora, ante esta sobrecarga de partidos, el equipo deberá demostrar una vez más su capacidad de resistencia. Y su habilidad para superar los retos que el calendario les presenta.
Un examen para la plantilla
Este maratón de partidos servirá para ver cómo responde el equipo en términos de rendimiento físico y mental. Las rotaciones serán esenciales. Pero también lo será la capacidad del Eibar de mantener su identidad de juego. Y esto es algo que ha caracterizado al club desde su regreso a Segunda División.
Con el desafío que supone este apretado calendario, las próximas semanas podrían ser decisivas para las aspiraciones del equipo tanto en liga como en la Copa del Rey. Será una etapa en la que el Eibar buscará consolidarse como uno de los principales contendientes al ascenso.