En el fútbol, hay despedidas que duelen y, al mismo tiempo, impulsan. El Granada está a punto de cerrar una operación tan necesaria como simbólica. Se trata de la salida de Gonzalo Villar, uno de los jugadores más influyentes del club en los últimos años. El mediocentro será traspasado al Dinamo de Zagreb por una cifra cercana a los tres millones de euros.
Así lo ha adelantado Ideal, confirmando una noticia que marca un antes y un después en la planificación rojiblanca. Villar fue el motor del equipo en tiempos complejos. Su marcha, aunque significativa, se entiende como una maniobra que permitirá al club tomar oxígeno económico. Y mirar hacia adelante con más margen de maniobra.
Un traspaso rentable y estratégico para el Granada
El negocio es redondo. El Granada firmó a Villar hace dos temporadas por un importe que no alcanzó los 1,5 millones de euros. Ahora, su venta al campeón croata duplica esa inversión, liberando además una de las fichas más elevadas del vestuario. Una doble victoria: ingresos y espacio para construir un equipo más adaptado al estilo de Pacheta.
El técnico burgalés tendrá ahora más recursos para incorporar piezas a su medida. El dinero ingresado, unido al ahorro salarial, permitirá abordar nuevas operaciones en el mercado. Y aunque la marcha de Villar deja un hueco, también abre una puerta. La de renovar el centro del campo con un perfil más dinámico y vertical.
Villar, un adiós con gratitud
No se puede entender el reciente pasado del Granada sin el nombre de Gonzalo Villar. Su compromiso, visión de juego y jerarquía han sido fundamentales. No fue un jugador de titulares ruidosos, pero sí de silencios decisivos. Ahora emprende una nueva etapa en Europa. Y lo hace dejando al club en una situación mejor que cuando llegó.

El destino es exigente: el Dinamo de Zagreb, habitual en competiciones europeas y con un proyecto ambicioso. Para Villar, será un salto a otro escenario, con nuevos retos. Para el Granada, el inicio de una reconstrucción en la que cada euro cuenta… y cada decisión también.