Llegaba el Depor exigido e Idiákez buscaba una pequeña revolución que saque del bache a su equipo. La bancada de Riazor pedía a gritos cambios en la alineación e incluso en la estrategia. Pero no todo puede ser de un fin de semana para otro. Aún así hay mucho que analizar en las variaciones del técnico vasco.
Primera parte gris
Idiákez busca agitar el árbol con cambios en el 11, pero no en la estructura del equipo. Jugando con un 1-4-4-2 claro en defensa y muchos matices en ataque. Mantiene a Helton en la portería, pero en defensa varía nombres en la línea de 4. Introduce a Obrador en el lateral zurdo en funciones de carrilero largo. Y a Barcia como central zurdo, pasando a Ximo a su posición natural en el lateral derecho. Villares regresa al centro del campo acompañando a Jose Ángel, en detrimento de Mario Soriano.
Y, por el resto, todo igual. Yeremay extremo izquierdo, Mella ocupa el derecho y Bouldini delantero centro referencia, con Lucas con libertad de movimientos en ataque.
A nivel defensivo sigue siendo ese equipo con líneas altas, que presiona bien y con una defensa muy segura en los cortes de los pases largos. No es así cuando se hunde. Especial mención a Barcia a pesar de cometer el penalti final. Hace un partido excepcional en cortes y salida de balón en ataque atascado. Una salida desde atrás donde Villares y Jose Ángel ayudan, pero que tiene un hueco enorme de ahí a los jugadores más ofensivos. Ese espacio es aprovechado por Mella, Lucas y en especial Yeremay para venir a recibir. Pero de ahí a la zona de finalización existe un mar enorme y la mayoría de jugadas naufragan.
Cuando los locales tienen el balón, Obrador ocupa la posición de extremo zurdo dando amplitud y altura, empujando de esta manera a Peke a posiciones centrales. Existe un claro problema y es que los herculinos echan en falta un jugador en el centro del campo que de un pase que rompa líneas. O, en su caso, una conducción para ese pase posterior. Por ello, no se desahoga a los jugadores atacantes. Y, con ello, el juego no aumenta en velocidad.
Segunda parte notable hasta que aguantó el físico
De salida, Idiákez da instrucciones claras de movimiento más rápido de balón y buscar a Obrador en la banda, acentuando más aún la posición de Yeremay en el centro. A partir de aquí, las sustituciones son hombre por hombre. Primero, Barbero por Bouldini. Y en el minuto 71, primer cambio que afecta al juego. Obrador se tiene que ir por cansancio, pasando Ximo al lateral izquierdo (perdiendo profundidad en la banda) y entrando Petxa en el lateral derecho (un jugador que tiende a ir a posiciones centrales).
Este cambio de laterales, que en principio se puede pensar que no debería afectar mucho, sí que lo hace. Desaparece esa anchura en bandas y se crea un embudo en el centro que el Burgos sabe aprovechar a la hora de defender. En el 80, dos nuevos reemplazos. Mella por Herrera y Yeremay por Soriano (que ocupa la mediapunta de forma clara). Piernas frescas en posiciones muy similares. Al final, dos errores individuales condenan al equipo al borde de la hora a quedarse sin puntos.
Conclusión: este equipo pide a gritos a ese jugador que rompe líneas hacia delante y le da velocidad a la pelota. Además, necesita amplitud para crear espacios y libertad a sus jugadores de más calidad. Si Imanol Idiákez acierta con esas dos teclas el Dépor, más pronto que tarde, empezará a sumar puntos en la tabla. De lo contrario, será un año complicado para los blanquiazules.